Por Pedro Núñez López

Indudablemente nuestro estado fue participe fundamental en la revolución que a fin de cuentas fue quien perdió la lucha al ser saqueado, incendiado y destruido con todas las fuentes de empleo que existían, ocasionando una hambruna terrible los siguientes años.

La Revolución se extiende en todo el Estado

Volviendo a hacer mención de los acontecimientos de Banderas, en esa misma fecha supimos que estaba atacando la ciudad de Culiacán en compañía del hoy general Ramón Iturbe, compañeros que habían sido de levantamiento.

Una misma época, así como los Generales Arrieta en el Distrito de Topia, estado de Durango y el que fue coronel Conrado Antuna; así en Gómez Palacio los revolucionarios Orestes Pereyra, Sixto Ugalde, Jesús Agustín Castro y Gregorio García. En Cuencamé existía un gran motivo para el levantamiento, pues la tiranía de los dueños de la hacienda de Sombreretillos, contra los indígenas del pueblo de Ocuila, en los últimos años hacía que éstos estuviesen dispuestos a secundar la revolución; dichos dueños de Sombreretillos habían acabado con el pueblo y consignado a Calixto Contreras con dos de sus sobrinos a las filas del ejército federal, al mismo tiempo que habían encarcelado a Severino Ceniceros que era el apoderado de los indios. Por esta razón en el año de 1910, Calixto Contreras se afilió a la revolución tomando parte en las juntas revolucionarias de Torreón y levantándose en Cuencamé el 20 de noviembre, al mismo tiempo que estallaba la revolución en Gómez Palacio.

Desde entonces Calixto Contreras acompañado de Severino Ceniceros, encabezó la revuelta en los Partidos de Cuencamé, Nazas y parte de San Juan del Río, teniendo bajo su mando un grupo no menor de dos mil hombres armados. Por el rumbo de San Juan de Guadalupe operaban los coroneles Luis Moya y Martín Triana con gran cantidad de gente, por el lado norte, Distrito de Indé y El Oro, surgía el coronel Tomás Urbina.

Todos estos revolucionarios que aquí menciono, para el día 31 de mayo tuvimos una gran decepción al convencemos de que los tratados de paz en Ciudad Juárez eran un hecho, y unos nos reunimos en la capital de Durango y otros en la ciudad de Torreón, tomando el mando de todo el movimiento, el hoy general Emilio Madero, llamándose 2a. División del Norte a todas las fuerzas insurgentes de los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua.

Entrada a la ciudad de Durango

En tal actitud seguimos asediando la ciudad de Durango, hasta el día 20 de mayo, día en que supimos por telegramas que el señor Madero había firmado un pacto con el Gobierno del Centro, en Ciudad Juárez, causando general desaliento esta actitud en todos los revolucionarios que ya nos encontrábamos con determinaciones de reanudar el asalto.

Entonces llegó don Emilio Madero con bastante fuerza y se arregló que nos entregaran la plaza para que la entrada se hiciera en forma pacífica; antes de hacerlo hubo una junta revolucionaria en la Hacienda de Navacoyan presidida por don Emilio, en ella se hizo la designación de nuevo gobernador en la persona del doctor Luis Alonso y Patiño; debido a la capitulación de los de la plaza, se convino en que el coronel federal Prisciliano Cortés entregara el mando militar al coronel revolucionario Jesús Agustín Castro y que el gobernador don Buenaventura Saravia entregara el poder civil al mencionado Alonso y Patiño. La entrada se efectuó el día 31 mayo de 1911 en completo orden y estando nuestras fuerzas muy mal trajeadas y sucias por tantos días de lucha.

Información e imagen obtenidas del libro Compilación de la Revolución Mexicana, escrito por Pazuengo, Morelos y Rouaix paginas 21 – 23.