Por: Manuel Díaz
Este 28 de marzo se vivió en Durango la celebración del Domingo de Ramos, «una situación hermosa el poder asistir de manera presencial a la misa», compartió la señora Clementina.
Quien además expresó que como católicos se tenía la necesidad de regresar a los templos, pues considera que de esta manera se siente más cercana la presencia de Dios.
Después de un año de no celebrar presencialmente el Domingo de Ramos, «gracias a Dios las ventas van muy bien», describió por su parte la señora, Araceli Nájera, quien este año sí pudo vender sus ramos.
Hechos con palma y el ramo de laureles, que son los refuerzos religiosos que más compran los católicos durante el inicio de la Semana Mayor.
«Son lo adultos mayores quienes más compran la palma y el ramo de laureles, en este inicio de Semana Santa», aseguró.
A la par que expresó su emoción porque regresen las misas y la celebración presencial de la Semana Santa, pues recordó que el año anterior estuvo todo cerrado.
«Es una gracia divina el volver a contar con los templos abiertos, el desarrollar presencialmente la Semana Santa», compartió la hermana, Lupita, quien este domingo fue testigo de esta celebración religiosa.
Dijo, se comprueba que las personas siguen con fe en Dios, pero el llamado es a que se siga orando. Y recordar que en la vida siempre hay una cuaresma, una pasión y la resurrección.
«El mensaje consiste en no desanimarse, porque la pandemia terminará». El Arzobispo de Durango, Faustino Armendáriz, expresó que los creyentes deben participar acorde a los protocolos sanitarios en la celebración de la Semana Mayor.
Por ejemplo, recordó que se debe mantener la reducción de los aforos al 50 por ciento al interior de los templos; prácticamente dos personas por banca.
Finalmente, dijo, se cancelaron las procesiones del Santo Viacrucis, para evitar la conglomeración de personas.