Por: Manuel Díaz

La preocupación por los padecimientos de salud física, así como mentales de una persona que acude a vacunarse contra la COVID-19, sí puede desencadenar en una situación de crisis de pánico, informó la directora del Instituto de Salud Mental del estado de Durango (ISMED), Soledad Ruiz Canaán. 

Un ataque de pánico puede maximizarse en personas con más vulnerabilidad, que aunado a una hipertensión reactiva emocional, y si existe una predisposición a un problema de salud cardiaca, puede derivar en un infarto. 

El estrés y los trastornos de ansiedad como es la depresión, están aumentando a consecuencia de la situación atípica que se transita a consecuencia de la pandemia. 

Cada uno de estos padecimientos se suma a la lista de enfermedades de la mente, que padecían desde antes las personas. 

Aunado a las enfermedades psicosomáticas como es una gastritis, colitis, el estrés, la caída del cabello y las manchas en la piel. 

Los trastornos mentales y físicos se acentúan en las personas que los padecen y detonan en ataques de pánico al momento de acudir a aplicarse la vacuna contra COVID-19, debido a que están enfatizando la preocupación de cada una de sus enfermedades. 

En 7 de cada 10 familias hay violencia familiar por falta de salud mental: ISMED