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Rompí el miedo; ¡ahora soy la reina!

25/06/2021 - Hace 3 años en Durango

Rompí el miedo; ¡ahora soy la reina!

Local | 25/06/2021 - Hace 3 años
Rompí el miedo; ¡ahora soy la reina!

Fue su admiración por las mujeres, lo que llevó a Alan a ser una de ellas, hasta que decretó: “un día me voy a poner el cabello así».

Regina Vivanco, travesti duranguense que formó su carácter desde niño para convertirse en una representante de la comunidad LGBTTTIQ+, al luchar por la igualdad y los derechos humanos.

LGBTTTIQ+ incluye a todas las opciones de género: lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual y queer.

Su mejor amigo la impulsó a vestirse de mujer, sin imaginar todo lo que lograría en la comunidad y de manera personal.

Ella tuvo confianza en la entrevista y abrió su corazón para recordar una parte de su vida, logros, aventuras, metas y retos.

¿En qué momento decides vestirte de mujer?

Fue una gran aventura y no sabía en lo que me metía. Comienzas a recibir comentarios, personas diciendo que te ves muy bonita.

Confesó que de niño veía y admiraba a las vestidas (travestis). Sin embargo, fue hasta que un amigo la impulsó para tomar la decisión final y vestirse de mujer.

Regina siempre tuvo presente el querer ser reina, pero las burlas la frenaban a realizar esto.

Nada es imposible y el sueño logró con tal fuerza, hasta convertirse en lo que es ahora.

La mentira, la experiencia más difícil

El no poder expresar lo que sentía como Regina, hacerlo a escondidas de la familia.

Salía de trabajar por la noche, iba a un bar en el que bailaba y salía de madrugada.

La preocupación por su abuelita era latente, pues tenía que mentirle para poder continuar con su vida como travesti.

Aunque nadie de su familia sabía sobre esto, la vida tenía preparadas grandes sorpresas para ella.

«Fue por miedo, no porque no quería que supieran, fue por miedo», insiste Regina.

Aunque toda su familia sabía que era gay, fue complicado revelar que se vestía de mujer.

«A mi mamá de principio no le gustaba la idea, no fue por vergüenza, fue por la discriminación», aseguró.

Cuando Regina se ganó la confianza materna, decidió confesarle que trabajaba como bailarina en un antro gay.

Ella pensaba que realizaba desnudos, sin embargo, lo que en realidad hacía eran obras de teatro, musicales e imitaciones.

En la vida nocturna gay, decidió rodearse de personas profesionales, personas que le dejaran enseñanza de vida.

Decidió mudarse a Culiacán, donde comenzó a involucrarse de nuevo en el ambiente trans y decidió volver a vestirse de dama.

No tenía nada, literalmente nada, únicamente sus maquillajes que le acompañaban como amistad inseparable.

Con tacón y vestido, brillando como siempre

Le gusta mucho lo llamativo, eso le define; los labios deben ser rojos, mientras que las pelucas dependen del color de la prenda.

El esfuerzo no le asusta, pues trabaja de niño; ahora lo hace para vestir bien y brillar como solo ella sabe.

Su padre, le patrocina las noches de antro. Hay recurso para el taxi, para tacones, medias, pupilentes y pestañas, “para todo».

De día gay y de noche travesti

Alan lleva una vida normal, trabaja como maquillista y convive con sus amigos.

Aunque confiesa que se ve en la necesidad de limitar su vida social, ya que tiene que ahorrar dinero para poder ser Regina durante el fin de semana.

La vida de Regina llega en el momento en que se pone el primer pupilente; Alan se mete al closet para descansar.

Continúa con el maquillaje, la ropa, hasta sentirse la más hermosa.

Regina cobra vida a partir de las ocho de la noche, hasta las tres de la mañana.

Una vez que se desmaquilla, regresa Alan y Regina duerme.

«Yo de Alan soy muy accesible, alegre, movido, y como Regina me meto en mi papel de mujer, soy muy coqueta».

Los sentimientos de Alan y Regina son muy similares, en cambio ella es una persona mucho más segura. Es lo que Alan quisiera ser.

La aventura de Regina comenzó en su regreso a Durango, después de una simple visita a su madre.

Uno de sus mejores amigos le realizó la invitación para formar parte del popular concurso «Señorita Durango Gay», y lo vio como un reto.

La cuestión económica la orilló a tener que confesarle a su madre. Esto ocurrió el 15 de agosto de 2019, logrando su apoyo incondicional.

Todo comenzó con 10 mil pesos, con lo que compró un increíble atuendo, continuó con las pelucas, maquillaje. Todo estaba listo para comenzar la gran aventura.

Aunque el proceso de participar en el certamen lo llevó en secreto, Regina se postró en vivir una experiencia más.

Luego de ganar este concurso ayudó para que su familia la conociera realmente, para que supiera de la vida de Regina.

«El Señorita Durango Gay para mi significó mucho, ya no me permitió irme de mi ciudad, mi familia conoció todo».

Cuando llega la fama

«Mis sesiones de fotos las pague repartiendo volantes con mi amigo César Villa. A veces la ven a una bien bonita, pensarán que esa niña que va andar haciendo, todo tiene su sacrificio».

Regina se considera como una mujer muy hogareña, pero esto no es todo en su vida, pues recientemente se lanzó como cantante, pues interpreta la canción de un reality que se acaba de lanzar en Durango.

Pero un concurso nacional que se realizará en noviembre es el siguiente sueño por cumplir para Regina, llamado «La Modelo México», en cual concursará con 32 participantes para ser la mejor el país.

Otro de los temas importantes que toca Regina durante la entrevista es la prostitución, pues muchas personas piensan que por ser travesti se dedican a esto, sin embargo, no es así. Ella reitera el respeto a las personas que decidieron dedicarse a eso, sin embargo, ella no lo haría.

¿Harías algo como Regina que no haces como Alan? 

«No, porque siento que lo puede hacer en mis dos facetas sin ningún problema. Inclusive antes me iba a dar café al hospital, como Alan».

Alan estaba en la primaria hace 11 años, fue invitado a jugar hockey por un profesor, fue subiendo de categoría en este deporte, ganó varios juegos hasta lograr representar a Durango a nivel nacional.

En el 2010, en Aguascalientes, quedaron en quinto lugar, en 2011 ganaron medalla de bronce, en 2013 obtuvo medalla de plata y fue hasta 2014 cuando se coronó en una competencia internacional.

Un golpe inesperado

Todo parecía miel sobre hojuelas para Regina, pero su familia decidió anexarla en un centro de rehabilitación.

«Me andaba descontrolando mucho, choqué y me llevaron a un anexo, duré tres meses».

Este momento marcó un antes y después para Regina pues volvió con nuevas metas y proyectos para su vida, incluso sueña con casarse.

La boda civil sería de hombre y ya en la fiesta se imagina luciendo un chongo español, rubia, con un vestido “súper pegadito”.

Dato:

Ella es Regina Vivanco, segura, amorosa y vanidosa, una mujer que lucha por la visibilidad de las personas, por los derechos, por el respeto a su lugar como personas, una digna representante de la comunidad LGBTTTIQ+ en Durango.

Fotografías: César Villa

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