Por: Manuel Díaz
Las bajas ventas son el predominante entre los comerciantes que se ubican al exterior del templo de San Agustín, «vamos a quedar endeudados porque no se está sacando ni siquiera la inversión», expresaron.
Matilde llegó desde las 7:00 horas de este Viernes Santo, y después de cuatro horas no había sacado el dinero de lo que invirtió para la venta de Hot Cakes.
A diferencia del 2019, antes de que comenzara la pandemia de COVID-19, desde temprana hora se recuperaba la inversión.
“No hay gente acudiendo al templo de San Agustín y esto se refleja en las pocas ventas que se registran desde el jueves», compartió la señora María Guadalupe.
“Vamos a quedar bien endeudados, porque se invirtió el dinero en la compra de los ingredientes y no se están generando ventas, es una situación muy triste porque afecta a nuestra familia», expresó María del Refugio.
Hay que seguir con la esperanza de que aumentarán las ventas, en años pasados había muchas personas ingresando al templo y al salir compraban algún antojito, pero este año la situación es complicada, describió Rosario.
Y agregó que la COVID-19 dio un giro de 90 grados, porque cambió la dinámica del sector comercial.
Un cambio que repercute en la economía, porque se generan pocas ventas.