Tadeo Campagne, activista social, reconoció como un reto histórico, los actos de visibilidad y aunque hay quienes lo ven como un acto banal, decorar el centro histórico con los colores de la bandera LGBTTTIQ, representa una gran oportunidad para demostrar que la comunidad es parte de la sociedad.
«Lo que no se ve, lo que no se habla y lo que no se demuestra no existe, somos duranguenses que estamos en todas partes, esta es una manera de incluir, de civilizar y principalmente de hacer conciencia. El decorar monumentos y edificios conllevan a un trasfondo afable de una lucha», subrayó.