Durango, Dgo.- El sábado en la noche, el señor Antonio prestaba sus servicios como taxista, labor con la que  diariamente gana el sustento propio y de su familia.

Al circular por calles del fraccionamiento Bugambilias, este ubicado sobre el camino Antiguo a Conteras, le hicieron la parada dos jóvenes, de los que uno se sentó en el lado del copiloto y el otro en el asiento posterior.

Fue el primero quien le ordenó al taxista que los llevara a la colonia 20 de Noviembre, que se encuentra cerca del lugar donde abordaron el taxi, al que le comentaron que iban en busca del señor encargado del embarcadero de ganado.

Tal vez eso le dijeron al taxista para que se confiara, porque cuando iban llegando a la entrada del poblado, justo en la avenida Fidel Velázquez, al exterior del Hospital Mental Miguel Vallebueno, el pasajero de un lado, le puso un cuchillo en el cuello y le exigió el dinero a cambio de no asesinarlo.

Obviamente, el taxista se asustó y no solamente le dio los casi mil pesos que traía, sino también su teléfono celular y otras pertenencias, con las que los asaltantes escaparon y se perdieron en la oscuridad.

Aunque posteriormente el afectado se las ingenió para reportar el caso a la policía y tiempo después llegaron varios agentes, luego de rastrear el área no pudieron localizar a los asaltantes.

¿Creen justo los lectores que mientras el taxista trabaja día y noche para ganar el sustento, sean los delincuentes quienes a final de cuentas   que  queden con su dinero ganado con tanto esfuerzo?