Durango, Dgo.- La mañana del 23 de diciembre del año 2018, el menor Pedro Arat Fierro Ortiz, se preparó en su casa para asistir a habitual clase de música, ya que le encanta tocar la guitarra.

Eran aproximadamente las 11:00 horas cuando el menor que en ese entonces tenía 17 años de edad, tomó su patineta y salió de su domicilio ubicado en el fraccionamiento Bugambilias, cuando al caminar algunos cuantos pasos intempestivamente sintió un fuerte golpe en el rostro, cayó al piso y ahí fue golpeado con la patineta que el mismo llevaba.

Luego de algunos minutos se le quitó  lo aturdido y se dio cuenta que el autor material de aquella brutal y cobarde agresión, porque ni siquiera le dijo agua va, fue su vecino  Mario Orlando Valvaneda Zúñiga, también menor de edad.

Sangrando de la boca y sin dos piezas dentales, Pedro ya no siguió  su camino hacia la clase de música, sino que regresó a su casa y fue su padre Pedro Fierro Torres, quien acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) a presentar la denuncia correspondiente, por el delito de lesiones y daños, ya que al recibir el golpe con la patineta, el agresor le estrelló su teléfono celular.

El caso del señor Pedro le fue asignado al Agente del  Ministerio Público Julio César Flores Soto, quien en estos  casi dos años solamente lo recibió una vez para decirle que ya iba a mandar los citatorios, tanto al agresor como para él, pero esto no ha ocurrido, pero a pesar de que lo ha buscado al menos 10 veces para que le informe cómo va el asunto, jamás lo encuentra y esa agresión sigue impune.

Fue el propio padre del jovencito al que al salir de su casa  Mario Orlando le tumbó  dos dientes, quien nos comentó  esta historia  de impunidad y  al respecto, ¿qué opinan nuestros lectores?