Teherán.- Este viernes, 28 de junio de 2024, Irán se encuentra en un momento crucial mientras se llevan a cabo las elecciones presidenciales en las que no hay un favorito claro. Con solo un candidato reformista en la contienda frente al campo conservador dividido, cerca de 61 millones de iraníes están convocados a votar en uno de los 58.640 colegios electorales distribuidos en todo el país.

Las elecciones tuvieron que ser organizadas de forma precipitada tras la tragedia ocurrida el 19 de mayo, cuando el presidente Ebrahim Raisi perdió la vida en un accidente de helicóptero. Ante este escenario, la incertidumbre y la expectación marcan la jornada electoral.

Siguiendo la tradición, el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, ejerció su voto temprano frente a las cámaras en un centro de votación en Teherán. «El día de las elecciones es un día de alegría y felicidad para nosotros, los iraníes«, expresó. «Recomendamos a nuestro querido pueblo que se tome en serio la votación y participe en ella. No veo ninguna razón para dudar«, agregó.

En la contienda se encuentran cuatro candidatos, todos hombres de más de cincuenta años, luego de que otros dos aspirantes ultraconservadores se retiraran justo antes del inicio de la carrera electoral. En caso de que ninguno de los candidatos obtenga más del 50% de los votos, se llevará a cabo una segunda vuelta el 5 de julio. Esta situación solo se ha presentado una vez desde la fundación de la República Islámica hace 45 años, específicamente en 2005.

Los resultados oficiales se esperan para el domingo, pero el sábado se harán públicas las primeras estimaciones.

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