Santiago Papasquiaro, Dgo. El día 25 de noviembre y desde el año de 1999, prácticamente 5 lustros, es considerado como el día internacional contra la violencia hacia la mujer, una asignatura pendiente, lograr el respeto, la paz y la tranquilidad a las mujeres, “no hay mucho que celebrar y sí mucho por hacer, señalan damitas santiagueras.

Es lamentable que la misma Organización de las Naciones Unidas (ONU), haya considerado a nuestro país, a México, como una nación que requiere de grandes esfuerzos para lograr la igualdad de género, todo en el marco de los derechos fundamentales de las personas, de los derechos humanos.

La lucha por la igualdad de las mujeres, se intensifica desde el año de 1981, cuando se declara como el día de la no violencia contra las mujeres en Latinoamérica, luego en 1999, la ONU la instituye como tal, todo en recuerdo a lo que sucedió en el año de 1960, cuando fueron asesinadas 3 mujeres por ser opositoras al régimen de Rafael Trujillo, cruento asesinato que se cometió precisamente el día 25 de noviembre de 1960, en contra de 3 hermanas, Patria, Minerva y María Teresa en República Dominicana.

Se ha dicho hasta el cansancio que, es necesario que se detenga la violencia contra las mujeres, en foros, conferencias, marchas, etc., sin embargo cada día y más aún en países como México, parece desbordarse cada día más, y se ven en las estadísticas, más violencia, más agresiones y más feminicidios.

Los foros y promotores de quienes buscan lograr la igualdad de género, señalan que es posible prevenir e incluso abatir a través de instituciones fuertes y proyectos viables, este grave problema, pero la realidad demuestra lo contrario y se exige a la comunidad de cada país, se trabaje para lograr erradicar esa práctica de agresión constante y sistemática a la mujer.

Llega un 25 de noviembre más, y en todos los sectores de la sociedad mexicana, se sigue violentando los derechos fundamentales de la mujer, se continúa con la desigualdad, la marginación y la violencia contra las mujeres, eso debe de terminar.