Estado de México.- El menor se llama Leo, y parece que su madre Carolina le quemó las manos luego de él se rebora una torta con la justificación de que tenía hambre. Al parecer el padrastro también participó en el correctivo.

El chico de 10 años de edad vivía con su madre y el padrastro en Coacalco, Estado de México. El pequeño al parecer era maltratado y no le daban de comer, además según estaba estaba amenazado para que no dijera nada al respecto.

Sin embargo su abuelo materno, Francisco comenzó a darse cuenta que no era normal y que algo le ocurría al menor. Pero el se decía a decir por miedo, porque su abuelito sí le preguntaba.

Dicen las autoridades que no podían decidir que versión era la real porque le preguntaban al niño que si quería comer y él decía que no, eso parece indicar que tenía miedo y que no está sano. Que quizá tenga traumas psicológicos.

La manera en que se dieron cuenta que no estaban bien las cosas fue cuando fueron a preguntar a la escuela la situación del niño.  A lo que les respondieron que tenía muchos días sin ir y que la última vez que había asistido fue con una quemadura muy grave en sus manos. Al intentar  confrontar a la madre justificó las quemaduras de su hijo con un accidente.

Una vez que lo sacaron de casa de su madre, el niño contó que el último día que fue a la escuela decidió robarse la torta de uno de sus compañeros porque tenía mucha hambre. El maestro le dio la queja a su padrastro.

Ahora leo necesita cirugía en una de sus manos y la otra va sanando lentamente, son lesiones muy graves.

El niño una vez estudiado resultó con desnutrición grave y daños psicológicos. Lamentablemente un juez les otorgó la libertad al padrastro y la madre argumentando que su arresto fue incorrecto. Después de una investigación exhaustiva se pudo determinar que sí fueron ciertos los maltratos al niño y fueron arrestados nuevamente.