Hidalgo del Parral. – Cuidó a su tío durante seis años hasta que falleció, ningún familiar la acompañó en el funeral, algunos ciudadanos, dependencias y medios de comunicación se unieron para que se le pudiera dar cristiana sepultura al señor Evaristo.
Cuidó a su tío durante seis años hasta que falleció, en su soledad, el cuerpo esperó dos días en una morgue para que se pudiera liberar, debido a la falta de recursos.
La señora Guadalupe, de 52 años, acudió a este medio de comunicación para solicitar el apoyo de la población para poder dar cristiana sepultura a su tío, Don Evaristo, un hombre de 66 años que murió de cancer en el hospital general de Parral.
Se hizo cargo de su tío los últimos seis años, luego de que un hermano de Don Evaristo, quien lo cuidaba inicialmente en la ciudad de Jiménez falleciera, por lo que se lo trajo a Parral, ya que el resto de su familia lo había dejado en el olvido.
En ese tiempo, y como Dios le fue permitiendo, lo cuidó, ya que el señor tenía un padecimiento mental que le incapacitaba en ocasiones, pero la señora Guadalupe luchó por atenderlo en sus posibilidades y carencias.
La situación cambió para mal hace seis meses cuando a Don Evaristo le fue detectado un cancer que ya lo tenia invadido, por lo que ya no se podía hacer nada por recuperar su salud, seis meses de cargar ahora otra cruz que, al final, terminó con la muerte del tío.
El pasado domingo, luego de agonizar los últimos 15 días, el señor Evaristo expiró al estar internado en el hospital general de Parral, comenzando otra difícil situación para la señora Guadalupe, pues la falta de recursos y la muerte de su familiar, ahora eran otros pesares más que agregar a su difícil situación.
El cuerpo fue liberado del hospital y trasladado a una funeraria local, donde permaneció dos días sin ser velado, en una morgue, sin nadie que le rezara, le llorara o acompañara, en su soledad y muerte.
Ante ello, la señora Guadalupe acudió a presidencia municipal, donde le apoyaron con un féretro y el velatorio municipal, ahora faltaba el recurso de la funeraria encargada de trasladar el cuerpo y lo que cobran los sepultureros para ver lo correspondiente., hacer los trámites necesarios y darle seguimiento al funeral.
El viacrucis de la señora Guadalupe no acabó con eso, dos días guardado el cuero de su familiar y ya sin esperanza acudió a este medio de comunicación para solicitar apoyo, se le brindó un espacio en el espacio de noticias en radio y comentó su caso, siendo entonces que algunos habitantes de Parral hicieron lo que mejor saben hacer, solidarizarse en el dolor con la persona y, entre todos se logró juntar lo requerido para proceder a sepultarlo.
Ahora otra preocupación venía para la señora Guadalupe, pues desde hace tiempo, nadie de su familia los procura, en su casa eran ella y su tío, su tío ella, y siempre presente la soledad en el hogar por el abandono u olvido de familiares cercanos y lejanos.
No quería velorio, puesto que si aún estando su tío en vida sentían la soledad, imagínese usted en una capilla de velación al frente de aquel féretro, en el silencio de la muerte y el pesar de la vida, sin nadie que le diera el pésame, sin nadie que elevara una oración por el eterno descanso de su ser querido, sin flores, sin arreglos ni veladoras.
Le convencimos de realizar al menos dos horas de velación en el velatorio municipal de la presidencia y Dios hizo lo suyo, un grupo de mujeres acudió para rezar un Rosario por el señor Evaristo, algunas florerías enviaron algunos arreglos por su cuenta o enviados por otras personas, poco a poco llegaron algunos ciudadanos y funcionarios a acompañarla en su pesar y hacer más ligera su carga, así como un ministro de la palabra para orar por su eterno descanso, todos anónimos, todos solidarios.
Dos horas más tarde, al medio día de este martes 29 de octubre, la carroza de Inhumaciones San Felipe partió con el cuerpo al nuevo panteón San José, donde ya esperaban los sepultureros para dejar en su última morada a Don Evaristo, un terreno también donado por el municipio.
Nuevamente en soledad, acompañada solo por algunos integrantes de este medio de comunicación, los empleados de la funeraria y los sepultureros, la señora Guadalupe se despidió de su tío con emotivas palabras y le dio el último adiós.
Al final, un puño de tierra sobre el féretro y unas rosas depositadas en la fosa con fe, daban fin al peregrinar de la señora Guadalupe y su tío, nuevamente en soledad, pero ahora si, en completa soledad para regresar a su casa, pidiendo a Dios fortaleza para continuar con lo que sigue en su vida y con la fe de salir adelante.
Al final sus palabras a quienes la apoyaron fueron:
“Ya acabé con esto, quiero descansar un poco, dígale a la gente que me apoyó que muchas gracias por el apoyo y acompañarme, no imaginaba que esto iba a ser así, por eso no quería velarlo, por qué solo iba a estar yo, y mire, Dios me bendijo con la compañía de algunas personas que hicieron oración y otros que me ayudaron a pagar lo que se debía, dígales por favor que muchas gracias y que Dios les bendiga por tantas personas buenas que hay en Parral”.
Cierto este escrito con aquella frase del libro del Génesis 3:19
“Polvo eres y en polvo te convertirás”.