Ciudad Juárez. – En los años en los que el paso del norte estaba creciendo a lo que hoy conocemos como Ciudad Juárez, comenzó a llegar gente de todas partes de México y el mundo a trabajar en las grandes construcciones de la ciudad y, entre las arduas horas laborales necesitaban alimentarse.

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En las montañas vivía un señor que se llamaba Don Juan Méndez, quien comenzó a asistir a las construcciones a vender tacos de harina de huevo con frijoles y de carne de liebre deshebrada, por lo que rápidamente se hizo popular en el lugar, a tal grado que toda su familia se tuvo que unir para preparar grandes cantidades de tacos de harina debido a la demanda que tenían.

Para poderlos llevar a la ciudad, Don Juan se tuvo que llevar una burrita que tenía por lo que en ella cargaba los canastos llenos de tacos de harina, pero al no ser suficiente, en un tiempo no solo se llevaba a la burrita si no que también a sus crías cargadas con canastos llenos del alimento.

Con el tiempo, quienes no sabían que se llamaba Don Juan, al verlo comenzaban a gritar, “HAY VIENE EL SEÑOR DE LOS BURRITOS”, refiriéndose al transporte que empleaba para hacer llegar los alimentos a los trabajadores.

Cada vez que bajaba Don Juan, por todos lados se escuchaba decir que habían llegado los burritos, por lo que con el tiempo, en lugar de llamarles tacos de harina, comenzaron a llamarle al alimento de esa manera, es por eso que ahora le conocemos como burritos. 🌯

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