Cuencamé, Durango. – A partir del próximo 29 de marzo entrará en vigor la ley que prohíbe la venta de comida chatarra en todas las escuelas del país, una medida que representa un gran reto para la comunidad educativa. Adaptarse a esta nueva normativa no será tarea fácil, ya que implica no solo cambios en la oferta de alimentos, sino también un esfuerzo por fomentar hábitos de alimentación saludable entre los estudiantes.

En este contexto, la escuela primaria Adolfo López Mateos ha señalado que la implementación de esta medida supone un desafío adicional, pues además de la enseñanza académica, ahora se asumirá un rol clave en la educación alimentaria de los niños.

Omar Castro Villegas, director del plantel, destacó que este proceso requiere un análisis detallado de las condiciones socioeconómicas de cada institución y la disponibilidad de alimentos saludables en su entorno. «Es parte de todo un proceso, ya que debemos considerar los recursos de las familias y la accesibilidad a productos nutritivos en cada zona», indicó.

Pese a las dificultades que puedan surgir, el director reconoció la importancia de esta transformación en los hábitos alimenticios de la población estudiantil. “Las escuelas somos un vehículo clave para fomentar una cultura de alimentación saludable. Aunque la transición será compleja, estamos comprometidos con esta causa”, afirmó Castro Villegas.

Esta iniciativa busca combatir enfermedades como la obesidad y la diabetes, problemas de salud cada vez más frecuentes en el país. Para ello, los docentes trabajarán de la mano con los padres de familia, quienes juegan un papel fundamental en la adopción de nuevos hábitos alimenticios en los niños.

La comunidad educativa de Durango se enfrenta a un desafío significativo, pero con la colaboración de maestros, estudiantes y familias, la implementación de este nuevo modelo podría marcar un cambio positivo en la salud de las futuras generaciones.

Por: Edsson Zamarripa