Durante los primeros meses del año deben pagarse los impuestos, predial, tenencia, abonos anuales de créditos o préstamos, la renovación de seguros y servicios, anualidades de tarjetas, colegiaturas y, sobre todo, el aumento en servicios y bienes que genera la inflación, a todo esto se le denomina Cuesta de enero.
A estos gastos se suma el incremento de los precios en productos y servicios, por lo que la resaca económica se vuelve cada vez mayor al no poder costear todas las cuentas.
Rosa Martha Ortega, investigadora de la Facultad de Economía, Contaduría y Administración (FECA), explica por qué la cuesta de enero también cobra un sentido emocional en nosotros:
“La cuesta de enero es más un sentido emocional porque venimos de meses, a partir de noviembre, cuando empiezan a pagar algunas cosas extras como el ahorro, aguinaldo, etc. y eso genera un sentimiento de abundancia en todos, adicionado a que el ambiente se presta a que hay muchos abrazos, regalos, las fiestas, los intercambios, por lo que el ambiente de abundancia, felicidad, festejo y celebración y lo que tenemos hoy en día no es otra cosa que una resaca emocional.
Si tuviéramos en cuenta que nuestro ahorro, aguinaldo, lo tuvimos que trabajar durante doce largos meses para tenerlo, quizás cuando llega no lo gastaríamos con tanta alegría y singularidad como en cosas que no son tan necesarias. Eso es lo que produce ese sentimiento de escases, que fue una especie de glotonería, y quedamos agotados emocionalmente con ese cansancio de ‘me cansé de comprar’”.
Cambia la actitud
Según el estudio “Navidad 2024” realizado por la consultoría de mercado Kantar México, en promedio en México se destinaron $5 mil 522 pesos para la compra de regalos en fiestas decembrinas, lo que representó un incremento del 13 por ciento respecto al 2023.
“Una de las cosas que no ayudan mucho es que cuando llegan las cuentas que se tienen que pagar, nuestra actitud cambia y se nos olvida que estuvimos gastando con singular alegría y cuando llegan las deudas, renegamos del banco, de los establecimientos comerciales, y se nos olvida que nosotros hemos generado esa deuda y que está el objeto ahí.
Se nos olvida que nosotros hemos generado esas deudas y no tenemos una actitud ni de gratitud ni de reconocimiento y hay que entender que nosotros generamos esa realidad”, señala la experta en finanzas.
Estrategias funcionales
Además de los gastos que se realizaron en la compra de regalos, se suma en estas fechas el aumento a los productos de la canasta básica, pues en Durango varía entre $836.90 y $901.40, según datos de la encuesta “¿Quién es quién?” , elaborada por Profeco.
“Las cosas suben de precio y para eso también hay que tener estrategias y ser más conscientes de que si no genero otras fuentes de ingreso y sigo ganando lo mismo, la vida se sigue encareciendo, pues tengo que ordenarme y dejar de gastar o generar más ingresos. Generalmente, dejar de gastar no es posible, porque llevamos un estilo de vida y tendríamos que renunciar a ello como: estrenar, a salir a comer, o cosas que nos gustan. Si no somos capaces de ello, entonces en la ecuación que tenemos que trabajar es en generar más dinero: emprender”, sostiene la investigadora de la FECA, Rosa Martha Ortega.
Ante ello, algunos ciudadanos duranguenses realizaron estrategias de compras y pagos para fijar presupuestos que permitieron no desajustarse económicamente:
“Procuro no hacer tanto gasto en diciembre, prefiero aprovechar las ofertas de enero y febrero, que es cuando algunos comercios por lo regular hacen algunas rebajas. Respecto a los gastos de algunas fiestas, por lo regular gasta uno lo que uno planea, porque si se sale del presupuesto sí nos impacta en la cuesta de enero”, dice Rogelio Nicolás Pérez.
“Sí está complicado, pero yo aproveché porque la mayoría de las tiendas tienen descuentos y aunque en diciembre no compré cosas, ahora ya estoy aprovechando”, asegura América “N”.
Por su parte, hubo quienes realizaron un plan de gastos previendo algún incidente: “claro que tuve que dar regalos a la familia, a mis hijos, a mis padres, pero no gasté en cosas superficiales. Yo creo que se debe tener una estrategia en cuanto a los gastos que se nos puedan venir y tener un guardadito para los imprevistos como un accidente o una enfermedad”, sostiene Alejandro “N”.
“No (lo resentimos mucho) porque no compramos excesivamente y no gastamos tanto en tarjetas de crédito, nada más fue la cena, pero hacemos tamales. No fijamos un presupuesto, pero sí dijimos que íbamos a ahorrarlo para vacaciones de este mismo año”, señala Karla “N”.
En cambio, hay quienes refieren que por ahora la cuesta no la resentirán, sino hasta después: “Todavía no lo resentimos, yo pienso que hasta marzo lo empezaremos a resentir, porque en mi caso durante el año ahorro y para las fechas decembrinas ya tengo algo destinado”, señala Guillermo Ortega.
Todo en papel
Una de las estrategias planteadas por la investigadora de la FECA, Rosa Martha Ortega, es enlistar las deudas que se tienen y representan pequeños gastos, para definir planes de pago más efectivos:
“Lo que toca ahora es ordenarnos y no hay otra manera de hacerlo más efectiva que poner en papel nuestra realidad: cuánto gano, cuánto debo pagar, a cuánto ascienden mis gastos corrientes y de eso cuánto queda, si es que queda algo (…) Hay que entender que nuestra vida cotidiana no la puedes sacrificar: no se puede dejar de comer y no se puede dejar de pagar el agua, luz, etc. que representan gastos corrientes que se tienen que hacer”.
Y es que poner las deudas por escrito permite que el cerebro acepte la realidad porque pasará de estar en el imaginario a llevarlo a la realidad. Una vez teniendo la suma total de las deudas, se deberá generar un plan de pagos de mayor a menor cantidad, para evitar pagar más intereses.
¿Los bienes remedian los males?
Al no poder enfrentar los gastos exacerbados, es común que miles de mexicanos recurran a empeñar joyas, electrodomésticos, artículos electrónicos y otros objetos con la promesa de tener un poco de dinero y poder recuperar sus prendas:
“El empeño es muy noble si nosotros tenemos la disciplina de cumplir con los requisitos del empeño: fechas para pagar, fechas para recuperar la prenda. Si tengo la capacidad de saber que, si lo voy a hacer, podría ser muy noble y es una salida”.
Es importante tomar en cuenta que las casas de empeño prestan una cantidad de efectivo sobre el valor de una prenda, que el cliente recupera mediante el pago del capital más el costo del préstamo en un plazo acordado. En caso de incumplimiento con el pago o no refrenda su préstamo, el artículo empeñado se pone a la venta.
Desde los meses en que se comienzan a recibir los pagos por aguinaldo, bonos, ahorros, es importante no exacerbarse con los gastos ni con la cena navideña, pues el recurso también debe ser aplicado a otros rubros para no sentirse desprotegido económicamente a inicios del nuevo año.
Por: Karla Tinoco