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Ecosig, otras formas de tortura en Durango

12/08/2024 - Hace 3 meses en Durango Estado

Ecosig, otras formas de tortura en Durango

Local | 12/08/2024 - Hace 3 meses
Ecosig, otras formas de tortura en Durango

Por: Karla Tinoco

Durango es una de las dos entidades del país donde se permite realizar terapias de conversión, a pesar de estar prohibidas en distintos países por ser violatorias a los derechos humanos.

Este tipo de terapias, explica la sexóloga Ilse Soto, tienen distintos matices que parecen ser inofensivos porque en algunos casos se apoyan del catolicismo:

“Son esas terapias que tienen como fin erradicar la preferencia de género homosexual, bisexual o transgénero. Ellos se basan en una condición hetero normada, esto tiene que ver con que se cree que las personas solo deben ser heterosexuales, por eso ellos van en contra de esta norma. Van en contra de las personas homosexuales y las personas transexuales”.

¿En qué consisten estas terapias?

La experta advierte que son diferentes modus operandus, “puede ser por medio de la religión, porque se basa en rezos, oraciones y el fin de darte cuenta de que lo que estás viviendo es incorrecto. También vienen por violencia física, hay algunos que son golpeados e incluso hay una parte en la que viene la violación para la modificación de esta preferencia de género, entonces estamos hablando de violencia moral, psicológica, física y en todos los sentidos”.

Así le ocurrió a Daniel, un joven que recién cumplió los 18 años, y puede contar que fue víctima de este tipo de procedimientos que lo marcó para toda su vida:

“Estuvo gacho. Yo no tenía mucha privacidad en casa, porque mi mamá me revisaba mucho el teléfono y empezó como una tontería, le ayudé a mi novio a hacer unas publicaciones para algo que teníamos en mente y mi mamá se enojó mucho porque no le ayudé a ella a publicar unas cosas de sus negocios. Empezó a revisarme el teléfono y se le hizo raro ver por qué me decía Daniel en lugar de mi nombre.

Y empezó a revisar y me obligó a salir del clóset. Yo estaba nervioso, traté de decirle varias veces, pero me ganaba el pánico. Me mandó en este caso en unas pláticas, y yo tengo muy grabado esto de: “¿Te quieres matar?, mátate” —llegaron a decírmelo varias veces”, recuerda.

Es una decisión personal, no colectiva

El caso de Daniel es un ejemplo de cuando los padres y madres de familia, buscan decidir sobre la identidad de género de sus hijos e hijas cuando no les corresponde, tal como lo plantea el activista de la comunidad LGTBIQ+, Tadeo Campgane:

“La orientación y la identidad de una persona no se cambia, no se transforma y no se elige y por supuesto, tampoco se cura, eso es muy importante. Hay que decir esto porque en la gran mayoría de los casos las personas acceden a tratar con terapias de conversión en cualquier órgano que las ofrezca, en muchos casos se tratan a menores de edad, por decisiones de los papás y los tutores, que creen en esta intención y en esta promesa de una corrección de identidad y acceden a llevar a estos menores de edad a este tipo de terapias de conversión o Ecosig”.

Consecuencias suicidas

Las víctimas de este tipo de tratamientos poco ortodoxos suelen padecer confusiones y adquirir trastornos posteriores, detalla la sexóloga Ilse Soto:

“Puede haber depresiones, se pueden magnificar las depresiones que ya estaban, puede haber trastornos de ansiedad, síndrome de estrés postraumático, también hay pensamientos, ideaciones o intentos suicidas”.

Daniel enfrentó culpa, ansiedad y depresión tras haber acudido a las terapias de conversión:

“Yo he (tenido) dos (intentos) suicidas, desde los 14, es un poco complicado esta mezcla como de situaciones, ¿no? Estuve una o dos semanas, no recuerdo, realicé el proceso y todavía llevé un proceso psicológico, por lo mismo, porque si estuve durante mucho tiempo que estaba loco y yo tengo o tuve la sensación o el sentimiento que “hay tienes que cuidar a tu hermana, pienso en la seguridad de tu hermana” y bueno, es un poco doloroso, porque batallé durante mucho tiempo”.

Tadeo Campagne, señala que uno de los objetivos de las ecosig es asociar la identidad con el dolor:

“Yo recuerdo que hace de 13 años tuvimos un contacto con alguien que pasó por estas terapias nos decía: “Una de las cosas que nos repiten, es que cuando tengamos un pensamiento homosexual, nos hagamos daño cuando tengamos un pensamiento impuro. Háganse cualquier tipo de daño ‘pellízquense, o cualquier daño que te provoque dolor, para que tu mente relacione el dolor con este pensamiento y tu cerebro, obviamente es un asunto psicológico, de manera automática relacione este pensamiento con dolor”.

Derechos congelados

A finales de abril, el Senado de la República aprobó las reformas al Código Penal y a la Ley General de Salud, para prohibir y sancionar las terapias de conversión, con las que se intenta obligar a las personas a cambiar su identidad sexual.

“Quien realice, imparta, aplique, obligue o financie cualquier tipo de tratamiento, terapia, servicio o práctica que obstaculice, restrinja, impida, menoscabe, anule o suprima la orientación sexual, identidad o expresión de género de una persona puede pasar de dos a seis años en prisión y pagar desde los 108 mil 270 pesos a 216 mil 540 pesos de multa”, indica el documento.

Actualmente, las entidades donde se encuentran penalizados este tipo de actos son:  Ciudad de México, Baja California, Tlaxcala, Colima, Zacatecas, Jalisco, Puebla, Estado de México, Yucatán, Oaxaca, Hidalgo, Sonora, Nuevo León, Baja California sur, y Querétaro.

En tanto que Chiapas y Durango, son los únicos estados donde las Ecosig se practican porque no existen castigos para prohibirlas; por ello, la legisladora local Marisol Carrillo, presentó una iniciativa para reformar el Código Penal y sancionar con 2 a 6 años de cárcel, y de 200 a 400 días de multa a quienes realicen este tipo de procedimientos.

Y es que vivir en un contexto influenciado en gran parte por el catolicismo, las diferencias aún no son del todo válidas, como lo plantea Ilse Soto:

“Todavía venimos de una generación súper tradicional, de costumbres súper tradicionales donde todavía se juzga por tu preferencia de género y donde todavía te juzgan por lo que eres, por ser diferente y a tu familia también la juzgan. Un punto muy importante es que las familias generalmente son las que no apoyan ese tipo de poblaciones”.

 

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