Por Karla Tinoco
Nos preparamos para la vida, para la llegada de un nuevo ser querido, para revelar el sexo de quien será parte de nuestra familia. Ahorramos para las fiestas de XV años, apadrinamos bodas y jamás nos faltan regalos en Navidad. Pero siempre, o casi siempre, la muerte nos sorprende con las manos en la puerta.
Así, la despedida forma parte del ciclo de la vida, y nadie nos preparamos para recibirla.
“El mexicano es curioso: festejamos la muerte, le cantamos a la muerte, nos reímos de la muerte, pero no nos preparamos y a todos nos agarra de improviso, y cuando no estamos preparados es cuando cuesta más, porque a veces no se cuentan con los recursos suficientes para comprar el ataúd ni el terreno, y esto genera un costo en el que no estaba preparada la familia y desequilibra económicamente a las familias”, dice Gerardo Almeraz, director de panteones municipales.
Con él coincide Silvia González, una mujer que, por muchísimos años, se ha dedicado a concientizar a las familias sobre la prevención de los gastos funerarios:
“La previsión toma un papel muy importante, porque es anticipar algo que es lo único seguro que nos va a tocar vivir. Muchas veces la gente piensa que cuando hablamos de los planes previsores, es como llamar a la muerte y nosotros les decimos que al tener una previsión, ya sea de una propiedad de panteón, o si las personas deciden ser cremadas.
Lo importante de esto es que nosotros lo que queremos es que sepan que lo que dejamos en una casa es tranquilidad, seguridad, y una protección”.
EL PRECIO DE LA TRANQUILIDAD
¿La tranquilidad tiene precio? Parece que sí. De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-036-SCFI-2016 sobre prácticas comerciales de servicios funerarios, un servicio de este tipo contempla el manejo, tratamiento, acondicionamiento y traslado que se presta desde que ocurre el fallecimiento de una persona, hasta su destino final; y que incluye, en todos los casos, el suministro de bienes y servicios complementarios para tal fin.
En Durango, los distintos tipos de servicios pueden ser desde básicos, hasta plus, de acuerdo a las posibilidades económicas de cada familia:
“Siempre será mucho más económico utilizar planes previsores, no hay nada más caro que esperarse a ese momento, porque en un plan previsor se puede elegir desde 20, 30, 40, 60 mil pesos y también tenemos necesidades inmediatas en la que las que la calidad del féretro definen el precio de un funeral.
Hay gente que, por herencia, tradición o costumbres, llegan pidiendo lo mejor que tenemos, porque la gente que tiene dinero puede pagar los servicios que tenemos.
Tenemos servicios de lujo que no están en previsión y que pueden costar hasta 150 mil pesos, porque son de errajes o maderas muy finas. También contamos con servicios intermedios de 70-80 mil pesos y tenemos servicios básicos que pueden ser de 40-50 mil pesos”, señala Silvia González.
Cada año el valor de los servicios funerarios aumenta por lo menos en un 5 por ciento en relación directa a los ajustes inflacionarios, por lo que expertos recomiendan contratar Planes Funerarios a Futuro como un esquema de inversión a mediano plazo.
Y es que, cuando fallece una persona, los dolientes se enfrentan a tres diferentes tipos de duelos:
Conflicto moral: es cuando una persona que es responsable de una familia fallece y no deja nada arreglado, y/o hay hijos que son menores de edad (y se encuentran en la desprotección).
Conflicto emocional: es el de mayor carga, porque somos sujetos de un asalto emocional, porque cuando nos avisan que una persona que amamos, acaba de fallecer entra en un shock de no saber cómo reaccionar y lamentablemente hay personas a quienes tienen que medicar para sobrellevar la noticia y generalmente no se pueden presentar en una funeraria con toda la claridad que se requiere para la toma de decisiones. Este aspecto conlleva que entre familias se pelean por tomar decisiones y al final, quien tome la decisión, no siempre es del agrado del cien por ciento de las personas que conforman el duelo central.
Conflicto económico: A veces la gente nos endeudamos con la banca, Monte de piedad, agiotistas y a partir de ahí la vida no es igual, aparte de la deuda de los seres amados, se dejan deudas.
TENER EN QUÉ CAERNOS MUERTOS
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor, menos del 7 por ciento de la población mexicana cuenta con un plan de gastos funerarios, la mayoría de los mexicanos no cuentan con previsión financiera para enfrentar la inevitable pérdida de un ser querido.
“Conocemos historias de personas que en vida son muy ricas, y a veces la salud mina, y muchas familias se llevan todo su dinero en hospitales, médicos, medicinas y a veces ya no es posible sanar, y hay familias a quienes les ofrecimos los servicios y nos decían: ‘tengo mi negocio, si se llega a presentar, de aquí salimos’, pero lamentablemente eso no es así.
Yo les digo: cuando tenemos un trabajo, un ingreso y unos ahorros, es lo mejor que hay que hacer y si nos queda, gastémonos nuestro dinero y ahora sí como decían nuestros abuelos, tenemos en qué caernos muertos”, refiere la gerente de servicios previsores.
En un tema de desprotección, son las mujeres quienes llevan la peor parte, porque muchas de ellas no son sujetas de ningún tipo de crédito:
“Las amas de casa que no trabajaron durante su vida, no son sujetos de crédito, porque no cuentan con los requisitos necesarios que les solicitan para otorgarles un préstamo. Están completamente desprotegidas y yo les recomiendo a todas esas mujeres, que de la misma cantidad que tienen para hacer su comida, su gasto, que de ahí hagan una separación para generar tranquilidad, pero que a mí no me sorprenda la muerte de un ser amado sin que yo pueda resolver”, indica Silvia González.
EL TERRENO SEGURO
Aunque en el panteón de Oriente ya no hay venta de lotes, los usuarios que deseen realizar algún tipo de inhumación tienen que atender a las siguientes medidas:
“Lo único que se cobran son los gastos de inhumación, es decir, cuando una persona tiene su lote y tiene el espacio, se cobran $1,689 pesos. En el caso del panteón Getsemani sí hay lotes en el área particular que cuestan 20 mil pesos y es una construcción de 4 gavetas que ya están preparadas para cuando fallece la persona, únicamente se deposita el ataúd y se cubre la tumba. En el área económica tiene un costo de $4 mil 289 pesos y solo se construye una gaveta, pero tiene capacidad para 2 personas”.