Se dice que a cierta hora de la noche, se puede ver una silueta vestida de blanco en el campanario de la catedral de Durango, que parece una monja.

Cuenta la leyenda que una mujer de nombre Beatriz, que era muy bella pero decidió entregar su vida a Dios y se internó en un convento del lugar.  Lamentablemente poco tiempo después el convento cerró sus puertas, la monja Beatriz regresó con sus padres pero tristemente murieron días después.

Beatriz tuvo que vivir sola durante un tiempo y muy cerca de la catedral. Sin embargo, una noche, la monja recibió la visita de un soldado francés, este estaba lesionado y su vida corría riesgo, le pidió auxilio y resguardo a la hermosa Beatriz. Al principio se negó, pero forzosamente ayudó al soldado malherido, le brindó curaciones y lo protegió durante varios  meses, ocasionando que se enamoraran y planearan su vida juntos, pero el destino para ambos era diferente.

El soldado regresó al ejército, pero antes le prometió que volvería para casarse con ella pero no pudo cumplir su promesa ya que fue asesinado, pero ella no sabía y todos los días visitaba la catedral y subía a lo alto para esperar su regreso.

Desafortunadamente, un día descubrieron el cadáver de Beatriz a los pies de la iglesia. Nunca se supo la causa de su muerte. Hay quienes creen que no pudo con su desesperación y terminó con su vida, otros dicen que un accidente la hizo caer del campanario.

La leyenda cuenta que cada noche en lo más alto de la Catedral, la sombra de una monja se aparece para esperar al soldado, y si pones atención podrías apreciar a Beatriz en la parte izquierda de la Catedral.

Por: Víctor Salas