Cuencamé, Durango.- Abuelita murió al caer en un arroyo, por lo que ahora las autoridades investigan las causas.
La abuelita que murió al caer en un arroyo, caminaba sola cuando sufrió el incidente y aunque un lugareño la encontró con vida, mientras acudió a pedir auxilio, surgió el fatal desenlace.
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La historia del dramático caso se empezó a escribir la tarde de este sábado, cuando el señor René Monreal, vecino del poblado Velardeña, Cuencamé, Durango, transitaba por el camino que conduce a la comunidad Vista Hermosa.
Al pasar por un arroyo que no lleva agua, le llamó la atención el escuchar unos lamentos, ante lo que caminó al sitio de donde provenían.
Al poco andar encontró a la mujer tirada, quien le pidió que le avisara a su hijo Cristian, quien vive en Velardeña.
René retomó el camino y solicitó al conductor de una pipa que lo llevara a Velardeña, pero no encontró a Cristian, sino a su primo Victorio, al que le dijo lo que pasaba y él o acompañó hasta el lugar donde estaba tirada su tía.
Lamentablemente, al arribar ya no contaba con signos vitales, el sobrino la identificó como María Ignacia Ibarra Contreras, de 62 años, la que vivía en Villa Hermosa.
Posteriormente, avisaron a las autoridades y el personal de la Vicefiscalía de la Laguna, comisionado en Cuencamé, acudió al escenario para levantar el cuerpo y trasladarlo al anfiteatro, donde le practicarían la necropsia de ley.
Aunque el sobrino manifestó que su tía padecía diabetes e hipertensión, el resultado de la diligencia que se le practicará revelará la causa de su muerte.