Durango, Dgo.- Creen que depresión acabó con un trabajador del ITD, ya que vivía solo y desde hace varios días no lo veían.

Quienes creen que la depresión  acabó con la vida de un trabajador el ITD, son sus vecinos,  ya que vivía en la más absoluta soledad.

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Se trata de Amado, de 41 años de edad, con casa en la colonia Insurgentes.

Todo comenzó, cuando la señora Martha, vecina del hoy finado, percibió un mal olor que provenía de la casa del señor Amado.

Como ella tenía varios días que no lo veía, optó por avisarle a una sobrina del empleado del Instituto Tecnológico de Durango (ITD).

Ella se llama Renata, tiene 16 años y radica en el fraccionamiento Hernández, por lo que acude a la casa de su tío.

Al tocar a la puerta, no le abre ni contesta, razón por la que se brinca por la barda y lo encuentra acostado en una cama, por lo que llama al número de emergencias 911.

Cuando llegan los paramédicos de la Cruz Roja, no le encuentran signos vitales, reportan el deceso a la Fiscalía General del Estado (FGE)), luego  llega el personal para hacerse cargo el caso.

El cuerpo putrefacto lo recogen y trasladan al anfiteatro para practicarle la necropsia de Ley y conocer la causa del fallecimiento, ya que ante la depresión que sufría, pudo tomar algo para morir.

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