Durango, Dgo.- Decenas de enfermos mentales deambulan en la ciudad, lo que representa una molestia y hasta riesgo para la población.

Las decenas de enfermos mentales que deambulan en la ciudad de Durango es un problema que urge ser atendido por las autoridades sanitarias.

Sobre el tema, que es un verdadero desafío para el sector salud, se comentó el miércoles con un agente de la policía.

Todo inició cuando, en el exterior de una farmacia de conocida cadena, un hombre desaseado molestaba a las personas que entraban y salían.

Debido a que el varón, aparentemente ebrio o drogado, no dejaba pronunciar groserías, amenazas, y hasta quiso agredir a un cliente, alguien llamó a la policía.

Al presentarse un agente, lo único que hizo fue retirar del negocio al individuo y alguien le preguntó el por qué no se lo llevaba.

La respuesta fue que esa persona, como muchas más que en sus mismas condiciones deambulan por la ciudad, no son aptas para ser detenidas.

Luego, explicó que como algunos son violentos, si los llevan en la patrulla se pueden golpear o agredir a un agente, y ese ya es un problema para el servidor público.

Además, señaló que no se puede ingresarlo a los separos porque se pueden causar daños, y en el hospital mental no los reciben porque los debe llevar un familiar.

A muchos de ellos su familia no los puede tener en el hospital mental porque el medicamento es muy caro y prefiere abandonarlos a su suerte.

Tomando en cuenta que solamente en la zona centro andan al menos 60 hombres y mujeres en estas condiciones, el sector salud tienen un grave problema y el reto es enorme.

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