Niños encuentran el cadáver de su maestro en la escuela donde ellos estudiaban y él daba clases.

Cuando niños encuentran el cadáver de su maestro, es el día de ayer en la madrugada.

La historia

La historia de este lamentable caso se empezó a escribir durante los primeros minutos de ayer, en el poblado El Ancón, municipio de San Dimas, Durango.

Resulta que, dos menores alumnos del maestro de la primaria de esa población, acudieron al plantel para buscarlo, con el fin de que les prestara su bocina para escuchar música.

De nombre Sergio Andrés Aldaba Unzueta, de 41 años de edad, originario del municipio de Canatlán, Durango, el profesor vivía en un cuarto aledaño a los salones o aulas de la institución educativa.

Luego de llegar, los menores observaron que la puerta de la habitación estaba abierta, le tocaron y no salió, le gritaron y tampoco, por lo que ellos se asomaron.

Al verlo desfallecido sobre su cama y no responder a sus llamados, se asustaron y salieron de la escuela para dirigirse a la casa del lugareño Fernando, quien vive cerca de ahí, al que le contaron lo ocurrido.

Éste acudió a la escuela y comprobó que, el profesor Sergio Andrés no contaba con signos vitales, razón por la que le avisó a Isidro, que es la autoridad de pueblo.

Fue este quien reportó el deceso al personal de la Fiscalía General del Estado (FGE), con sede en Tayoltita, la cabecera municipal de San Dimas.

Una vez que acudió, realizó las diligencias correspondientes, encontró evidencias de que el maestro bebió alcohol de caña de la marca El Sureño, levantó el cuerpo y lo trasladó al anfiteatro.

Aunque se cree que el mentor dejó de existir a causa de intoxicación etílica, ya que su cuñado Daniel comentó que padecía de alcoholismo, será la necropsia que se le practique, la que revele el real motivo del deceso.

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