Durango, Dgo.- Los policías que secuestraron y mataron a un sargento del Ejército Mexicano, no han sido castigados por la justicia.

Fue en el mes de noviembre del año pasado, cuando los policías secuestraron y mataron al militar, pero el crimen permanece impune.

Los hechos

Víctor P., hermano de uno de los plagiados, es quien proporcionó la información al respecto.

Señaló ser hermano del sargento segundo de materiales de guerra, Néstor Aurelio P., con 21 años de servicio y acantonado en Los Mochis, Sinaloa.

Precisó que de la zona militar a la que pertenecía, lo enviaron al Estado de México para recibir unos cursos sobre su responsabilidad, en el Campo Militar número Uno.

Agregó que el día 29 de Noviembre, junto con otro sargento de apellido Noriega, salieron a Naucalpan y ya no regresaron al cuartel donde pernoctaban.

Tres días después, regresó el Sargento Noriega y comentó que los secuestraron elementos de la policía de esa entidad y se los llevaron en una patrulla azul con blanco.

Manifestó que como él no se opuso a las exigencias de los agentes, al entregarles tarjetas de crédito, lo dejaron libre y debido a que Néstor Aurelio, se negó, lo mantuvieron en cautiverio.

Noriega dijo que lo soltaron inmediatamente, pero que no regresó al cuartel hasta tres días después, porque estaba amenazado si decía algo.

 Lo encontraron muerto

El día 9 de diciembre, a Víctor le avisaron que en el anfiteatro de Tlalnepantla estaba un cuerpo sin vida de un desconocido.

El aviso lo recibió de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y al acudir a verlo, descubrió que sí era el del sargento.

Ahí le informaron que el cadáver lo hallaron desde el día 1 de diciembre, en un paraje ubicado por la carretera a Toluca.

El certificado de defunción indicó que falleció a causa  asfixia mecánica por broncoaspiración por jugo gástrico, es es decir, que se ahogó con su propio vómito.

Posteriormente el cuerpo de quien tenía 43 años de edad y 21 trabajando como militar, lo trasladaron a la ciudad de Durango, un día lo velaron en casa de su mamá y posteriormente su esposa se lo llevó a Los Mochis, para darle cristiana sepultura.

Intervine la CNDH

Debido a que la Sedena y la fiscalía del estado de México no le daban información del avance de las investigaciones, Víctor presentó su queja en la Comisión  Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

El mes pasado, el hermano del fallecido recibió la llamada de una licenciada de esa institución, para informarle que el crimen se esclareció.

Incluso le dijo que son cuatro policías del estado de México los involucrados, dos de ellos detenidos y el otro par prófugos de la justicia.

Solo los acusan de secuestro express

El Ministerio Público les fincó presunta responsabilidades por secuestro express, no por homicidio.

Eso equivale a que los dos detenidos puedan alcanzar la libertad  rápidamente, y cuando detengan al otro par, hasta puedan llevar su juicio en libertad.

Es por eso que la familia del soldado, exige a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), su intervención para que este crimen no quede impune.

Estaba en trámite su retiro

Otra irregularidad que compañeros y familiares del militar asesinado mencionaron, es que como el sargento ya estaba a punto de retirarse, no lo debieron sacar de su batallón para que recibiera más cursos.

Una más

Por último, Víctor comentó que como madre de un militar que murió activo, la de su hermano tiene derecho a una pensión, pero en el Banjército la traen a vuelta y vuelta, a pesar de que ya tiene  78 años de edad.

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