Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Lo peor que le puede suceder a la UJED es mantener las cosas como están, el peligro más grande que tiene hoy la Universidad es quedarse como está y no avanzar en la senda de los cambios. La Universidad Juárez del Estado de Durango es una institución estratégica tanto para igualar oportunidades como para asegurar una sociedad plural y una economía diversa. Lo anterior no es una declamación abstracta, lo podemos ver en muchos alumnos que dan batalla para ser los primeros graduados universitarios de sus familias, un sueño inalcanzable si no fuese por el «empujón» de la UJED. Pero una vez que se ha alcanzado ese objetivo, el siguiente es conseguir calidad, tener alumnos, académicos y administrativos de vocación, de excelencia, comprometidos con la institución a la que sirven, la que forma los profesionistas de las generaciones inmediatas, para que me entiendan los que no quieren entender… que no sea chafa en pocas palabras.

Ahora que se avecinan las elecciones para elegir a un nuevo rector, pensemos que la llamada máxima casa de estudios del estado de Durango busca a un nuevo líder que le dé el prestigio que durante muchos años ha permanecido extraviado. Ese líder puede ser el doctor Ramón García Rivera, que, acompañado de más de mil quinientos miembros del Consejo Universitario, presentó su registro para contender por la rectoría de la Máxima Casa de Estudios. Catedráticos, administrativos y alumnos de las diversas unidades académicas universitarias de Durango y Gómez Palacio acompañaron a García Rivera, que en un ambiente festivo de camaradería hizo entrega de la documentación solicitada para contender por tan relevante cargo.

En un encuentro informal con los representantes de los medios de comunicación, habló de su intención por contender por la rectoría de la UJED y por trabajar en favor de los universitarios, pidió no politizar el proceso, a ser congruentes y realizar una elección transparente, tal como merecen los que integran esta gran comunidad. El actual contexto por el que atraviesa la Universidad de poco avance en todos los sentidos, convoca a emprender cambios que permitan mantener vigente un genuino espíritu universitario que tristemente se ha perdido, pues ya no es un orgullo pertenecer a la UJED. Para corroborar lo anterior, basta un botón de ejemplo. Hagamos un ejercicio y preguntémosle al azar a diez universitarios cuántos se saben el himno de la institución y quién lo compuso. Si acaso lo sabrán dos, preguntarles en qué año dejó de ser Instituto Juárez resultaría tarea más que imposible, pues casi nadie lo va a saber. Y así podríamos seguir dando varios ejemplos para dejar en evidencia que los que se rasgan las vestiduras afirmando que son universitarios de cepa, ni siquiera saben el significado y origen del lema de la institución. La energía colectiva que se sintió en el registro del doctor Ramón García puede catalogarse como un preludio de que este genuino universitario tiene las ganas, el deseo y el empuje para ser el líder que la UJED está esperando desde hace media docena de años. Su propuesta está sustentada en enfoques relacionados con la innovación, responsabilidad social y visión global. La intención, es generar experiencias educativas transformadoras, lograr la reconfiguración de espacios físicos y virtuales para garantizar la seguridad al regreso de las actividades presenciales.

Sin duda, su gestión será ética, honesta, transparente y comprometida; mantendrá una relación abierta y respetuosa con el gobierno del estado y tendrá la firme disposición de rendir cuentas de los recursos asignados, así como de los productos que genera la Universidad, siempre con respeto mutuo y en apego a la autonomía. A la Universidad Juárez del Estado de Durango le urge un rector que lleve a la institución a elevadas alturas de prestigio… Ramón García es la solución.

Email:[email protected]

.