Por: Jorge Ánima

Estamos en días históricos para Morena y se calienta el PAN, ya que se renovarán dirigencias nacionales, justamente a pocos días de que tome posesión la primera presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum.

En días pasados, cumplió años el partido opositor con mayor historia en la vida política nacional. El Partido Acción Nacional está en el marco de su aniversario número 85, con toda la historia en ideología que pudiera representar, pero podemos decir que actualmente se encuentra sin levadura y desmoronado, no levanta, sin esa fórmula de calidad que es atractiva hacia la ciudadanía, tiene un techo electoral muy limitado ante la 4T, con una preferencia menor al 20 por ciento a nivel nacional. No se puede negar que tiene ciertas regiones con gran influencia positiva, pero estas cada vez son menos, es decir, hay un PAN que se está haciendo duro y rancio que no ha sabido adaptarse a la realidad social que vimos de manera social y percepción de la política distinta a lo que fue hace apenas una o dos décadas. Aun así, buscarán quedarse con las candidaturas de la capital y los municipios más relevantes de la entidad, cuando todo indica que ya se le pasó el tueste y se quemó. Decidió juntarse con quien fuera su rival histórico, el PRI, así como el agua y el aceite. Su nueva presidencia nacional está entre Adriana Dávila y Jorge Romero, este último cercano al actual presidente nacional Marko Cortés.

Por otro lado, el domingo 22 de septiembre se realizará el Congreso Nacional de Morena, en el cual tal, como lo recomendó la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se llevará a cabo en el mes de septiembre, cuando se elegirá presidente nacional de Morena y secretario general, en donde todo parece indicar que será la actual secretaria de Gobernación, Luisa Alcalde, la presidenta, pues es la única que ha manifestado intenciones y en la secretaría general todo indica que será Emilio Ulloa; se prevé que sean candidatos en fórmula de unidad. El otro asunto del congreso nacional será la renovación de documentos básicos y estatutos de Morena, por lo que de esta manera difícilmente habrá desunión y discrepancias ante ello.

En otro orden de ideas, la oposición legislativa llega moralmente derrotada después de la reforma al Poder Judicial, se aproxima a reforma de la Guardia Nacional, la cual pasará estar bajo el mando de la Sedena.