Por: Eduardo Ortega Solano 

Dice un viejo adagio “La verdad no peca… pero incomoda”, y esa es precisamente la motivación de Marina Vitela para interponer una queja ante la Comisión de Honor y Justicia del partido guinda en contra de Danielo Hernández y Cynthia Mont, pues asegura la excandidata que estos morenistas han iniciado una campaña de desprestigio en su contra con la intención de restarle posibilidades de aparecer en las boletas como candidata al senado para el proceso 2024.

Y la verdad es que Marina sí tiene una poderosa enemiga en Morena. Esta adversaria es la que le impidió como alcaldesa realizar un buen Gobierno en el municipio de Gómez Palacio, la que saboteó su campaña como candidata a gobernadora, es la culpable de los lamentables resultados obtenidos y es la misma que en la actualidad le ha generado un ambiente hostil entre la mayoría de sus correligionarios. Hoy Marina “no busca quién se la hizo, sino quién se la pague”. Pero a causa de su ensimismamiento, enojo y soberbia es incapaz de entender que se equivocó, que su enemiga, su adversaria y la que forjó su pasado y su presente se llama Marina Vitela.

Omar Castañeda, síndico de Gómez Palacio en el pasado trienio, en el que Vitela fue alcaldesa, la acusó de peculado, además de diversas corruptelas, como presumir un servicio de internet que al final resultó ser solo una simulación, también el tema de unas calderas que asegura que solo se pagaron las facturas por un valor de cinco millones de pesos, pero que jamás se instalaron, esto entre muchas acusaciones más. El exsíndico, que por cierto también es compadre de Marina, fue puntual al afirmar: “Vitela robó, mintió y traicionó al pueblo gomezpalatino”. La defensa de la exalcaldesa fue muy tibia, casi nula, tal vez porque las acusaciones venían de un desprestigiado “chapulín” (PRD, Morena, MC), pero nunca probó que su compadre mintiera.

Su campaña como candidata a gobernadora fue un verdadero fracaso, los resultados hablan por sí solos. Habrá que recordar que en ese tiempo existió una acusación de enriquecimiento inexplicable, ocasionada por la aparición de un listado de bienes inmuebles, donde se atribuía su propiedad a ella y a algunos de sus familiares. Su reacción fue citar a una rueda de prensa donde no aclaró nada al respecto, solo se dijo víctima de una campaña sucia, de violencia política de género, además de un cobarde ataque a ella y a su familia, afirmaciones que realizó derramando lágrimas como una magdalena, pero de pruebas nada, de esta rueda de prensa salió muy debilitada. Existieron episodios lamentables como la presentación de una bailarina en una reunión de trabajadores de la salud, bailando al ritmo de mesa que más aplauda, abonando así a la cosificación de la mujer, o un día antes de las elecciones, donde trató de rescatar a unos operadores detenidos por la policía por supuesta compra de votos, donde la escuchábamos gritar de forma desaforada “¡llamen a la Marina!”.

Ahora, las mujeres de Morena se están reuniendo y uniendo en torno a Claudia Sheinbaum con liderazgos locales muy evidentes, como Sandra Amaya, Cynthia Mont, Margarita Valdez, Ofelia Rentería, entre muchas más, a las cuales se les ven amplias posibilidades de aparecer en las boletas del 2024. Después de una ausencia prolongada, Marina regresa pidiendo la joya de la corona, la candidatura del Senado, sin embargo, hay consenso de sus correligionarios al pensar que ella es factor de división y no de unidad. Marina le mete el pie a Marina