Por: Eduardo Ortega Solano

El pasado 3 de septiembre, la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca se constituyó como sede alterna de la Cámara de Diputados. La sesión se llevó a cabo con sillas, gradas y alfombras colocadas de forma improvisada. En el lugar imperó el desorden, comenzando con el acceso al sitio el cual ya se encontraba bloqueado por los manifestantes. De igual forma, se presentaron algunos inconvenientes desde la falta de sanitarios hasta el intenso calor. La implementación de este lugar se llevó a cabo con el propósito de discutir la reforma al Poder Judicial, aunque discutir es un decir, pues su aceptación era una decisión ya tomada por Morena y sus aliados, los cuales nadie ignora ostentan una amplia mayoría calificada. El resultado no sorprendió a nadie, la reforma fue aprobada por los diputados en lo general y en lo particular con 357 votos a favor, 130 en contra y 0 abstenciones.

A pesar de lo informal del lugar, en ese momento estaba constituido como sede, por lo que cada uno de los legisladores estaban obligados a respetar el recinto y fue un verdadero dislate el que protagonizaron dos impresentables de Morena, Sergio Mayer y Cuauhtémoc Blanco, quienes organizaron una “pachanga” alrededor de un “trompo” de “tacos al pastor” como si se tratara de una escena de una novela del Canal de las Estrellas. Aunque no se puede minimizar que lo que provocó todo esto fue la toma ilegítima por los trabajadores del Poder Judicial, del Palacio Legislativo de San Lázaro. A pesar que se ha informado que esta reforma solo afectará a jueces, magistrados y ministros, es decir, el 3 por ciento del total de los 50 mil trabajadores prevalece la desinformación, incredulidad o conveniencia.

Aunque no se puede obviar que el “Poder Judicial de la Federación” fue rebautizado por la “vox populi” como “Poder Familiar de la Federación”, ya que el nepotismo impera en este poder. Al menos 500 jueces y magistrados tienen trabajando en tribunales y juzgados a esposas, hijos, papás, sobrinos, tíos, cuñados, y demás familiares. En un reporte del 2016 en Durango, se detectó un magistrado con 17 parientes, en este mismo documento en otras entidades se enlistan datos de 112 jueces y magistrados que habrían utilizado sus facultades para conseguir empleo a su esposa o pareja, 180 a sus hijos, 136 a sus hermanos y 27 a sus papás, según este  estudio casi la mitad de los jueces y magistrados federales tienen parientes en el Poder Judicial; de 1,031 plazas revisadas en 31 circuitos, 501 tienen familiares, lo que representa el 48.6%.

Esto pudiera explicar la beligerancia de algunos trabajadores como, Patricia Aguayo Bernal, vocera de los trabajadores de base del Poder Judicial, quien en la toma de la sede de la cámara baja dijo : “Se pueden ir a sesionar al infierno, en San Lázaro no”. A pesar de esto, la reforma presentada por AMLO no contempla la afectación a los trabajadores.

Ayer, domingo 8 de septiembre, en la Cámara de Senadores inició la discusión sobre esta polémica reforma, la cual pasará al pleno el próximo miércoles. Lo más polémico de esta es que jueces y ministros deberán ser elegidos por el voto popular, sin embargo, contempla también reducción de 11 a 9 el número de ministros de la SCJN, además que su encargo disminuya de 15 a 12 años, además de reducción de ingresos, que no ganen más que el presidente, esto entre algunas cosas más, además de las leyes secundarias que aún no se conocen.

Sin embargo, a pesar de tanta información y desinformación, la mayoría de posicionamiento no están fundamentados en el análisis y racionamiento, se trata mayoritariamente de una postura visceral y política, sobre todo de apoyar o descalificar a ya sabes quien…