Benito Juárez, legado de un transformador
03/03/2024 - Hace 10 meses en Durango EstadoBenito Juárez, legado de un transformador
Por: Ernesto Llanos
Facebook: @Ernesto.Llanos.R
Benito Juárez García fue un hombre de gran carácter cuyo liderazgo patriótico puso siempre al servicio del país. Nació en 1806 en el pequeño pueblo de San Pablo Guelatao, perteneciente al Estado de Oaxaca, y siendo de origen muy humilde supo trabajar desde niño para forjarse un mejor futuro.
Con esas mismas ganas de salir adelante supo estar al frente del país, llevando a cabo reformas profundas que perduran hasta nuestros días. La educación libre, gratuita y obligatoria es Juarista, el acceso de las mujeres a la educación, el dejar atrás las diferencias étnicas o raciales entre hombres y mujeres.
La humildad fue siempre el principio de su proceder, el respeto a los demás el ideal fundamental de su vida, su gran patriotismo el que lo condujo a convertirse en el vigésimo sexto Presidente de la República.
Mostró un carácter firme para que sus decisiones fueran respetadas, su lealtad se evidenció en la búsqueda del respeto por la soberanía de nuestro país y en su lucha por la igualdad, la libertad, la legalidad y la democracia.
Con determinación proclama las históricas Leyes de Reforma, pero creía indispensable proteger en la república, con toda su autoridad, la libertad, a la religión. Además de enfrentar con éxito la Intervención Francesa y el Segundo Imperio, preservando la soberanía e independencia de México.
Juárez era un estadista cuya visión de futuro se expresaba mediante leyes y propuestas claras de acción gubernamental y que siempre tuvo el valor y el sentido de responsabilidad necesarios para tomar decisiones valientes en momentos críticos. Su gobierno adoptó la Constitución de 1857 que establecería a México como una república popular y federal, con división de los tres poderes.
Su gestión se caracterizó por lograr el equilibrio económico y la realización de obras públicas como caminos, la reconstrucción del palacio de gobierno, la fundación de escuelas normales, reorganizó la Guardia Nacional y dejó superávit en el tesoro. Inauguró diversos caminos para conectar al país y creó el puerto de Huatulco.
Fue llamado “Benemérito de las Américas” que quiere decir digno de un galardón, por su implacable defensa de la libertad e independencia de México.
Benito Juárez es referente e inspiración del gobierno de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador. Un ideal que siempre debe inspirar a la hora de hacer buena política. Con trabajo y desarrollo, así como con la implementación de políticas sociales en beneficio de la gente, se trabaja diariamente para abatir la necesidad de los que menos tienen.
Benito Juárez en la Sierra de Oaxaca, López Obrador en los pantanos de Tabasco. Ambos trabajaron arduamente con comunidades indígenas en sus primeros años como profesionistas y líderes sociales.
El primero, abogado de comunidades indígenas en Oaxaca, el segundo como organizador comunitario en zonas indígenas de Tabasco. Para Juárez hay que separar el estado y la iglesia, para López Obrador hay que separar el poder económico del poder político.
Ambos presidentes determinados a acabar con los privilegios y en gobernar por el bienestar de las mayorías. Por eso “Con el pueblo todo y sin el pueblo nada.”
Mientras que Juárez fue un gran defensor de la educación, en la actualidad la formación educativa de los jóvenes es una prioridad y un gran reto que enfrenta nuestro país, para que las nuevas generaciones tengan la oportunidad de desarrollar capacidades y mejorar sus condiciones de vida.
Benito Juárez personifica la determinación de llevar a cabo una transformación social humanista, trascendente y duradera, a pesar de la oposición de los grandes intereses afectados tanto internos como extranjeros, aun a expensas de arriesgar la vida.
Mientras que el humanismo mexicano es el modelo de gobierno de la cuarta transformación, el poder está al servicio del pueblo.
Juárez es ejemplo de una voluntad inquebrantable fundamentada en el Estado de Derecho. Hasta el día de hoy este legado se honra y se conmemora por su impacto social a años de distancia. Y lo recordamos sobre todo con su máxima universal: “Entre los individuos, cómo entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”