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Caleidoscopio…Doña Julia Quiroz

08/03/2025 - Hace 5 días en Durango Estado

Caleidoscopio…Doña Julia Quiroz

Zona de Debate | 08/03/2025 - Hace 5 días
Caleidoscopio…Doña Julia Quiroz

Por: Socorro Soto Alanís
Mi abuela, doña Julia Quiroz Terrones, nació en el año de gracia de 1909, en La Ochoa, Poanas, Durango. Sus padres, mis bisabuelos, fueron doña Isadora Terrones y don Eugenio Quiroz. Celebro su infancia en el Valle de Poanas, entre el río Caliente, el río Frío y los ojitos de agua. Correr entre los sembradíos de maíz, frijol, chile, membrillos y duraznos. Escuchar el canto del gallo al despertar, para después en el corral ordeñar las vacas y recoger los huevos de las gallinas, sentarse para el desayuno alrededor del fogón para saborear las tortillas recién hechas.
Jugar en las huertas, en la acequia que recorría las casas de adobe y caminar por la orilla del cerro hasta llegar al río. Qué delicioso bañarse en las corrientes del río, jugar y bailar con el agua. Secarse con los rayos del sol y saborear unas ricas gordas a la orilla de las aguas cristalinas.
De muchacha, doña Simonita Ruvalcaba, invitó a mi abuela de su asistenta en el manejo de la casa mayor de la hacienda de La Ochoa y hasta ahí llegó don Eladio Alanís, con su enorme estampa y sus ojos hermosos y claros que reflejaron las posibilidades del amor. Se enamoraron, se casaron y se fueron a buscar trabajo a La Noria de San Pantaleón, luego a Coyotes y por fin a la ciudad de Durango.
Muchas cosas le aprendí a mi abuela, en su casona de la de Arroyo, hoy Dolores del Río, junto a la Acequia Grande: el cariño, la camaradería, su generosidad desbordada, su paciencia y quietud; nunca la vi enojada, ni histérica. Las comilonas alrededor de su mesa fueron memorables, las ollas siempre estaban rebosantes y para estas fechas se llenaban de pipián, chuales, nopales con tortitas de camarón, capirotada y torrejas y alcanzaba para todos sus nietos, amigos y vecinos.
A todos nos escuchaba, a todos nos protegía. En el zaguán, el patio y el corral había helechos, geranios, higueras, rosales y palmeras. Nos llevaban a misa, a rezar, a las kermeses de las escuelas, de los templos de Los Ángeles y de El Socorrito. En la escuela 11 “Lorenzo Rojas” había cine, ah como lo disfrutamos. Lo mejor, lo inolvidable eran las vacaciones en La Ochoa, en donde repetía la agenda campestre de mi abuela y lo disfruté muchísimo.
Conoció y quiso mucho a mis hijos. “No has traído a las criaturas”, me decía si no se los llevaba un día. Les entregó su amor enorme de bisabuela. Qué privilegio. Escribo estas líneas contra el olvido, por mi memoria y la de mis nietos, para que sepan algo de su tatarabuela doña Julia Quiroz y de lo que fue Durango y México a principio del siglo pasado y se reconozcan en su matriarcado.
Las matriarcas mexicanas han construido este país; una y otra vez lo han levantado de todas las crisis, de todos los excesos, de todos los locos. Desde el anonimato, con fortaleza y amor desmesurado. Desde el barrio, el pueblo, la calle, cuidan, aman, protegen a sus hijos, nietos, a su descendencia toda. Mientras los hombres del poder, pelean, insultan, excluyen, se enriquecen y protegen sus privilegios. Ellas, las mujeres de México, sostienen a la Patria.
Abuela, la pobreza y la exclusión y la concentración de la riqueza en el mundo continúan, varios locos, autoritarios e ignorantes se disputan el control y la riqueza del mundo. En nuestro país, aquella terrible violencia que la azotó hace un siglo, continúa; se ha modernizado y se ha enquistado. ¿Había feminicidios en tu época?, ¿Ejercían nuestros abuelos esta violencia contra las mujeres?
Hoy, a pesar de los avances en la tecnología; no hemos resuelto los principales problemas de pobreza, exclusión y violencia contra la mujer, contra el hombre, ni contra su misma especie. El narcotráfico controla muchos territorios, no hay empleo suficiente para los jóvenes; a pesar de estar muy preparados, muchos son bilingües, profesionistas, saben el manejo de las tecnologías de información, son emprendedores, pero no se crean los empleos suficientes y los salarios son muy bajos, en un mundo de alta tecnología y movilidad. Muchas mujeres se manifestarán como lo hemos hecho desde hace años este 8 de marzo.
La era de la globalización, multipolar y procuradora del bienestar construida después de la Segunda Guerra Mundial, da señales de agotamiento. Habrá que diseñar en la teoría social y política y en los hechos otro paradigma, otro esquema, otra narrativa y un nuevo desorden mundial. Y nuestro país al lado de la gran potencia mundial y dependiendo de ella. Mis hijos y mis nietos, urbanos, citadinos, modernos, pensarán en aquel país que fuimos y harán su mejor esfuerzo para sostener a este país; con las enseñanzas de su tribu: en paz, con camaradería, con solidaridad, apostándole al amor y no al odio, no a la destrucción. Y la humanidad, México incluido, abordará a una sociedad más justa, amorosa, pacífica y solidaria.
@cocosotoalanis

 

 

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