Caleidoscopio…Madres buscadoras, diputadas sumisas
29/03/2025 - Hace 2 días en Durango EstadoCaleidoscopio…Madres buscadoras, diputadas sumisas

Por: Socorro Soto Alanís
Con el tiempo, que suele ser un gran e implacable maestro; comprendo que todo está ya escrito en la literatura y en la historia. En “Los idus de marzo”, su autor Thornton Wilder, quien nació en Estados Unidos en abril del 1897 y que fue acreedor a tres veces el Premio Pulitzer, nos obsequia los días de marzo en la Roma imperial y eterna en que fue asesinado el emperador Julio César; nos da cátedra del comportamiento humano: el egoísmo, la vileza y la traición; a la par de la virtud, generosidad y el heroísmo.
“Los idus de marzo”, también se desatan en México; en 1994, las balas del odio asesinaron a Luis Donaldo Colosio y se desató una violencia cruel, salvaje que ha llenado de horror a miles de familias. El Estado ha fingido demencia, ha subido la ceja como los grandes autoritarios y ha dado la espalda a la sociedad, al “pueblo bueno” y lo ha dejado en la orfandad total.
Este marzo ha mostrado varios de sus peores rostros ante una sociedad perpleja, dolida y abandonada. Como una película de terror, se abrieron los telones del rancho Izaguirre en el poblado de Teuchitlán, Jalisco, para mostrar el horror y la barbarie en la que tienen sometido a este “pueblo bueno”. Decenas de zapatos, camisas, mochilas abandonadas; sin saber a ciencia cierta (para utilizar términos científicos) a quién pertenecen, por qué están ahí y dónde están sus dueños.
Por el uso de tenis y mochilas, intuimos que pertenecen a jóvenes; miles de jóvenes que han sido abandonados al imperio del olvido y del terror. Sin empleo y si lo encuentran, los salarios son muy raquíticos, juventud que debería estar entrenando en gimnasios, parques y canchas, preparándose para competir en torneos, campeonatos y olimpiadas.
Chavos que deberían estar creando su obra musical, literaria, pictórica, o estar descifrando las teorías científicas y tecnológicas para que México pueda participar en el nuevo “desorden” mundial que requiere de cerebros desarrollados, cuerpos sanos, mentes creativas y corazones contentos.
El hallazgo macabro lo han hecho los colectivos de Madres Buscadoras, mujeres que un maldito día, un hijo no regresó al hogar y nadie, incluido el gobierno y sus múltiples instituciones jurídicas y de seguridad, le dan ninguna razón; y hasta se molestan cuando vamos a preguntarles, nos dicen.
Con sus propios recursos, de por sí escasos, no escatiman tiempo, dinero, bienestar, seguridad y salen todos los días con sus palas a buscar los restos y rastros de sus hijos desaparecidos. Nos aterrorizábamos cuando nuestras amigas de América Latina nos contaron esas historias de terror, en México esos límites han sido rebasados.
El gobierno, sus instituciones y el “pueblo bueno” están atravesados por la Ley de la barbarie. No presentan ninguna política pública, ningún compromiso, ninguna responsabilidad para sanear esta sociedad enferma.
Las Madres Buscadoras, algunos periodistas y los colectivos sociales, especialmente los de mujeres, representan la salvación de este territorio, que asombra y avergüenza al mundo entero; que gracias a las redes sociales se han dado cuenta del horror mexicano.
La violencia contra los jóvenes, la violencia contra la mujer, en su escala más vil como los feminicidios y violaciones y que al ser denunciados, les exigen pruebas. O sea “la selfie” en el lugar de los hechos, si no, no procede. Las honorables y comprometidas diputadas federales, incluidas las de Durango del tres veces ”hache” congreso de la unión, arropan y gritan jubilosas en torno al macho alfa, al depredador, al rey león, al patriarca acusado de intento de violación: No estás solo. Así, la matria, entre la vileza de las diputadas y la grandeza de las Madres Buscadoras.
@cocosotoalanís