Por: EDGAR BURCIAGA

Aún no comienzan las campañas políticas y ya todo mundo habla de la sucesión presidencial, donde abundan las descalificaciones, y en los próximos días comenzarán las definiciones a los demás puestos de elección popular que están en juego en lo que ya se considera la elección más grande de nuestro país.

De esta manera, comenzaremos a ver a dirigentes partidistas y su círculo cercano convertidos en dueños de los cotos de poder, como de nueva cuenta toman en cuenta la ambición desmedida, el miedo, el nepotismo, la influencia, el compadrazgo, al esposo, amigo, subordinado, para ser los abanderados de las necesidades de la sociedad.

La nominación de quien sustituirá al “Jefe” será analizadas con lupa por los dueños de los cotos de poder, por lo que se podrá entender entonces que no se les cederá posición alguna a quien no “reúna los requisitos”, ya sea militante, subordinado o hasta recomendado. Lo lamentable del asunto es que existen diputados locales o federales, de los distintos grupos parlamentarios, que han llegado por la vía plurinominal en cuatro o cinco ocasiones y jamás han presentado ninguna iniciativa de Ley y que solo les dan la vuelta a las posiciones porque no quieren dejar su lugar en el partido.

Si bien en la sociedad existen problemas relacionados con “cotos de poder”, estos constituyen un elemento que maximiza la resistencia al cambio, sobre todo cuando existe el deseo de transformación, con principios de equidad, transparencia e innovación.

Es vergonzoso que estos “personales” de la política sigan vigentes, porque solo viven para la foto y la adulación, donde vale más ser amigo de quienes toman las decisiones políticas que la capacidad, profesionalismo y entrega de cientos de miles de mexicanos tienen y que desempeñarían una magnífica labor como representantes de su comunidad en cualquier cargo de elección popular.

Hay quienes hablan de renovación, pero no quieren romper los cotos de poder, forman parte de estos grupos, son los que toman las determinaciones propias y no en función de los demás, no dan apertura ni buscan el beneficio común, solo ven su interés personal en función del grupo.

Una vez más, como parte de las campañas políticas, veremos el desfile de promesas que nunca serán cumplidas y que solo buscan llamar la atención con espejitos, por lo que habrá que revisar con lupa desde hoy a todos los que pretenden ocupar un cargo de elección popular, de manera que no sea solo el escalón para ocupar un cargo que les permita emprender negocios desde el poder, sino verdaderamente una opción de servicio para el pueblo

Cuando se quiere “romper” con un coto de poder es porque existe un grupo mayor que sí desea cambiar, origina un verdadero cambio en la sociedad, y eso es lo que se requiere fuera de los círculos de poder en que se ha convertido la clase política en nuestros días.

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