Por: Gilberto Jiménez Carrillo

El presente artículo tiene como finalidad estudiar al intelectual como generador y productor de ideas políticas e ideologías, creador y transmisor de cultura vinculado a una clase social. Existen varias formas de concebir a los intelectuales. Para unos los intelectuales son los individuos que se ocupan de ideas, de reminiscencias del pasado, de definiciones del presente y de imágenes de posibles futuros. Representan el intelecto humano y son la memoria organizada de la humanidad. Justifican ideas de autoridad o las critican. Otros consideran intelectuales a personas en la medida en que se dedican a cultivar y formular conocimientos. Tienen acceso a un fondo de conocimientos que no proceden únicamente de su experiencia personal directa, y lo hacen progresar. Intelectual es el nombre de una vocación, talento y dote. Todo aquel que viva de, para y por las ideas, y que le preocupan y ocupan, es un intelectual. Se define por ser creador o transmisor de cultura, vinculado a una clase social. El intelectual no es sólo la persona especialmente inteligente, ni inclinada a la vida intelectual o especialista en el trabajo intelectual, sino que son algo así como la inteligencia pública de la sociedad civil. Las características de un intelectual están determinadas no por su capacidad, sino por su función social, que consiste en construir espejos de interés para la sociedad, para hacerla pensante, crítica, imaginativa, creadora y en movimiento. Por eso son considerados como la conciencia de la sociedad. Se agrupa comúnmente bajo el término de intelectuales a todos aquellos que tienen una educación universitaria, o a aquellos que crean, distribuyen y aplican la cultura, tanto en arte y ciencia como en religión, pero igualmente no todos los hombres salidos de una academia son intelectuales, o no lo todos los miembros tienen profesiones. Los intelectuales son seres humanos que nunca parecen estar satisfechos con las cosas como son, y que no apelan a los usos y costumbres. Ponen en duda la verdad actual, en términos de una verdad más elevada y extensa. Se consideran a sí mismos como guardianes especiales de ideas abstractas como la razón, la justicia y la verdad, guardianes celosos de normas morales que son ignoradas con frecuencia en los mercados y recintos gubernamentales. Los intelectuales toman las ideas más en serio que los no intelectuales. Transforman los conflictos de intereses en conflictos de ideas. y aumentan el conocimiento que una sociedad tiene de sí. Son guardianes de ideas y fuente de ideologías al mismo tiempo que tienden a desarrollar una actitud crítica, dicho de otra manera, son ellos los que piensan de otro modo. El trabajador intelectual es el que realiza un trabajo cuyo esfuerzo descansa en el cerebro, por oposición al trabajo manual que descansa en un esfuerzo muscular-nervioso. Son trabajadores intelectuales los profesionistas, los burócratas, los empleados, los técnicos, los administradores, etcétera. No por ello se convierte en intelectual el que haya fabricado la bomba atómica, sino el hecho de que tomara una posición a favor o en contra. Un físico se convierte en un intelectual cuando toma posición en el espacio público respecto de una cuestión social. El pacifismo de Albert Einstein, durante la década de 1920, no deriva de sus conocimientos científicos. Hoy el intelectual, que a menudo no es un escritor sino un investigador, debe ser a la vez específico y crítico. Intelectual es el creador o transmisor de productos ideológico culturales. Su papel se da en función de la cultura: crearla, transmitirla, divulgarla y/o desarrollarla. En esta óptica, son intelectuales el profesor, el artista, el poeta, el escritor, el filósofo, etcétera. Otra de las principales actividades de los intelectuales es la de convertirse en consejero de los políticos y gobernantes. En este caso, el intelectual tiende a perder su autonomía moral y su racionalidad independiente. Realizar un trabajo intelectual es la elección de un tipo de vida tanto como de una carrera. Los agentes del cambio social no sólo son los campesinos y los obreros, sino también los intelectuales, ya que son ellos los verdaderos factores reales y vivientes del cambio histórico. Todo intelectual cumple ciertas funciones y realiza ciertos papeles. La ocupación y las tareas centrales de un intelectual son las ideas, de manera que dicho lo anterior, el intelectual es crítico o no es intelectual.

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