POR: JUAN FRANCISCO ARROYO HERRERA
En el pasado desconocíamos el desempeño de diputados y senadores en el Congreso de la Unión. Sus intervenciones en la tribuna las conocíamos por la relatoría que hacían los diarios nacionales o publicaciones interesadas en el quehacer legislativo. Antes como ahora, muchos de tales “representantes populares” pasaron sin pena y gloria y; claro está también sobresalieron algunos. Los hubo asimismo suertudos o amanuenses de los hombres del momento que se eternizaron con el brinco de una cámara a otra. En la actualidad gracias a la inmediatez de la internet que nos hace llegar en el momento mismo que se generan los hechos los desfiguros de Lily Téllez, que pretendió ridiculizar al gran Fernández Noroña con el epíteto de “Bellaco” y lo único que logró fue convertirlo en inspiración para componer versos aderezados con las notas de todos los géneros musicales desde bachata, mambo, cumbia, ranchera, rumba, bolero, balada que casi la convirtieron en símbolo sexual. Pero lo sucedido sigue dando de qué hablar. Como la señora Lily Téllez es dura de entenderas, debido a la impermeabilidad de su mollera que no absorbe una sola idea, ha exigido una y otra vez si en Rusia, con el camarada Putin a la cabeza, se puede hablar de democracia. Pues una y otra vez le ha explicado con peras y manzanas que la democracia no radica en la persona, sino en la voluntad del pueblo. Bueno, para deshacer el entuerto, la senadora Chavira, sugirió que en un gesto de cortesía parlamentaria, el Cicerón mexicano, Fernández Noroña, le invitara un café, al calor del mismo, con su humeante calor y sugestivo sabor, en corto la ilustrada. La respuesta del avezado orador fue ipsofáctica. “No ande saludando con sombrero ajeno, senadora Chavira, le anticipó que declino su consejo”. Volvamos al tema. Decía que no hubo noticia de los antiguos “representantes unidáctilos” y ahora existen referencias en vivo. Esto me lleva a comentarles el difícil, por no decir la nula existencia de tribunos de la oposición, en tanto que en Morena es creciente el número de gallos y pollas que dominan el arte del buen decir, de la retórica, del verso.  Cuando afirmó esto habló, no de gritores, de ocurrentes, de mero loco, de gritones de feria, sino de hombres y mujeres que cultiven el argumento, el discurso, debidamente estructurado. Lo encabezan desde luego Fernández Noroña, que ha instaurado una escuela de oratoria con cada una de sus intervenciones, pero he de subrayar la presencia de las mujeres que han reclamado espacio y ahora los tienen, pero no como una gracia, una preventa, una dádiva se han ganado a pulso su lugar con trabajo, dedicación y preparación. Solo mencionaré unas, pero la lista es muy larga. Para empezar está Andrea Chávez Treviño, abogada nacida en ciudad Juárez, Chihuahua. La más joven Senadora con 27 años de edad, llamada a ser la próxima gobernadora de su Estado. Está su tocaya Julieta Andrea Ramírez Padilla, nacida en Baja California y con 29  años y muy pronto será la gobernadora de su entidad, listaré igualmente a Verónica Noemí Camino Farjat, también abogada de 41 años de edad, de Tizimin, Yucatán. Cómo sus compañeras, diputadas federales y se le verá en el futuro como gobernadora de la tierra del faisán. Es destacable de la misma manera Giovanna del Carmen Bañuelos de la Torre, que llegaba a la cámara alta por el Partido del Trabajo, de Guadalupe, Zacatecas, Arquitecta y licenciada en derecho, que por equidad de género, pero más que nada por méritos propios gobernará el vecino estado.  A sus 70 años de edad, Martha Lucía Mícher Camarena, más conocida como Malú Mícher, es licenciada en pedagogía y como sus colegas juega un papel sobresaliente, con sus vigorosas intervenciones, con firmeza defiende a la Cuarta Transformación. No debemos perder de vista en ningún momento y yo sé por qué se los digo. La abogada Férrea, defensora en contra del desafuero, exdiputada, Secretaria del Trabajo de gobernación, actual lideresa de Morena, que con sus 37 años de edad va en plena carrera a un destino que no es indefinido, pero fácilmente predecible.