POR: JUAN FRANCISCO ARROYO HERRERA

Tras una serie de atropellos a la salud, de esos que no son de graves consecuencias, pero sí dejan destartalado o descarapelado al humano y una vez que acribillé agendas de especialistas en diversos “ólogos” (infectólogo, cardiólogo…) por fin me encuentro en condiciones de llegar a usted querido lector en espera dé que tras empachos, gibaciones, soponcios, calambres, incordios, váguidos, reumas, sudoraciones, golpes de aire o de frío y toda laya de percances en los últimos meses del año pasado y principios de enero, el Creador nos permite continuar este camino. Empecemos:
En la reciente visita del camarada Presidente Andrés Manuel López Obrador, a esta Perla del Guadiana, don Esteban Villegas hizo un apasionado y sentido pronunciamiento en pro del tabasqueño, a quien le dijo que le pesaba no haberlo conocido en otros tiempos para haber avanzado a su lado en el quehacer político. El discurso fue ovacionado por unos, criticado por otros, que lo tildaron de entreguista y como un desdén a los partidos que lo llevaron al palacio de gobierno, o cualquiera que sea el habitáculo donde despacha.
En un análisis fresco, objetivo y ecuánime, al ponderar aquella actitud debe tomarse en consideración, ha de tomarse en cuenta, que el hombre nada espera del PRIANRD, porque ese trío ya es historia y el sepulcro fue cavado por sus propios dirigentes. Aunque debe ser analizado en otro espacio, es un claro ejemplo del nivel político, ético, social, electoral y económico, cuando se pelean por notarias y otros cargos que si bien indignan, para la mayoría fue momento de chascarrillos, memes y todo tipo de instrumentos de las redes sociales.
Al margen de las motivaciones que en lo personal tenga el mandatario, que por donde se vea son legítimas; a mi parecer es lo mejor que hizo el mandatario, que sin disimulos, evasivas, maquillajes y artilugios deja en claro la disposición de trabajar, no con la persona, sino con la institución presidencial para sacar adelante el estado que dicho sea de paso y sin entrar en otro tipo de consideraciones, sus finanzas son paupérrimas, lastimeras y tormentosas, insuficientes para emprender obras que urgen a Durango y fueron regateadas por antecesores.
Quiero poner por caso a don Quirino Ordaz, que ahora se desempeña como embajador de México en España, quien como gobernador del vecino estado de Sinaloa, en su hora hizo una promesa similar a Andrés Manuel, de colaborar conjuntamente para sacar proyectos que habían sido ignorados en el pasado.  Así se construyó la magna presa Santa María, que contribuirá a la apertura de nuevos distritos de riego. Pero la gestión de Quirino benefició a Durango, fue insistente en solicitar la construcción de camino que conecta Sinaloa con San Miguel de Cruces y ahorrará horas de viaje a los habitantes de ambas entidades. Hubo otras obras más en los límites de Sinaloa y Tamazula.
La reacción de los órganos, a los que antes pertenecían, se produjo de inmediato y los dirigentes, enervados por coadyuvar o sumarse a los programas del movimiento obradorista, amenazaron con expulsarlos definitivamente y en esto quedarían incluidos Omar Fallad, Javier Corral, Claudia Pavlovich, Alejandro Murat, que fueron inflexibles en sus determinaciones y en muchos casos, representarán buenas adquisiciones para morena, ya que entre ellos encontramos excelentes tribunos, legisladores y experimentados administradores.
Por consiguiente y en conclusión, lejos de vituperar la actitud de don Esteban, deberán desempolvarse planes de antaño que representan importantes obras para el progreso del estado; sean caminos, carreteras, presas, en tanto y en cuanto tengan viabilidad y un comprobado beneficio general distinto al arreglo de calles, baches y pintura de casas en barrios típicos.