Por: Margarita Valdez
Un símbolo de la lucha de izquierda en favor de la construcción de la democracia de nuestro país es: la maestra Ifigenia Martínez Hernández, falleció el pasado 5 de octubre. Nos dejó como legado el ser congruente y ese sello marcó su actuar de vida.
Ifigenia Martínez vivió su infancia en el contexto de la postrevolución en México, desde su educación primaria se caracterizó por ser una alumna con buenas calificaciones, lo que permitió el no desarrollar labores domésticas en su hogar, porque sus padres privilegiaron su formación académica.
Su convicción por las causas de la izquierda partió de un discernimiento académico: estudiar Leyes u optar por Economía, su padre sugirió optar por esta última por considerar que eso cambiaría la condición económica de los pobres.
Convencida de seguir especializándose Ifigenia Martínez fue la primera mujer mexicana graduada con un Doctorado en Economía por la Universidad de Harvard, en esa misma disciplina también fue pionera en ser directora de la entonces Escuela de Economía de la UNAM, siempre convencida y en una sola línea de acción política pública.
Sus convicciones progresistas y democráticas la llevaron junto con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, a formar la Corriente Crítica en el Partido Revolucionario Institucional, y como no se aceptaron las propuestas reformadoras en dicho instituto político, abandonó su militancia y junto con los otros políticos y luchadores de izquierda conformaron el Frente Democrático Nacional, después fue de las fundadoras del Partido de la Revolución Democrática.
En congruencia con las políticas contrarias a sus estatutos, Martínez Hernández expuso en una misiva los motivos de su salida del PRD y posteriormente se unió a Morena.
Su historia como legisladora siempre estuvo marcada por abanderar causas de izquierda, como la primera ocasión que llegó al Senado, tras ganar la elección de mayoría relativa en 1988, después en 2018 de nueva cuenta fue senadora y en septiembre de este año presidenta de la Cámara de Diputados. Una vida de congruencia, defensora de la autonomía universitaria y sufragista. Un privilegio haber sido su compañera en el Senado.