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«Inverosímil»

29/09/2024 - Hace 2 horas en Durango Estado

«Inverosímil»

Zona de Debate | 29/09/2024 - Hace 2 horas
«Inverosímil»

 

Gilberto Jiménez Carrillo

 

“Así de inverosímil suena, pues, que Andrés Manuel López Obrador vaya a desaparecer de la vida pública, para retirarse en su finca en Palenque”.  “Es difícil de creer que, ahora sí, cumplirá el sueño de sus enemigos al desaparecer del panorama, pero, a decir verdad, los últimos años han pasado tantas cosas inverosímiles, que cualquier cosa es posible”.  Unas horas le quedan al presidente López Obrador en la presidencia. Parece inverosímil que el político que ha causado un terremoto en la política mexicana desde hace casi dos décadas sencillamente se vaya a retirar de la vida pública. Empezó en Tabasco, caminó al corazón del país, ganó la Ciudad de México cuando México se estrenaba en la democracia y Fox asumía la presidencia hace veinticuatro años. La Ciudad de México se convertiría, con el paso de los años, en el bastión de la izquierda, desde que Cuauhtémoc Cárdenas, en 1997, ganara la primera Jefatura de Gobierno de su historia. Desde entonces, la división del país entre la izquierda que gobernaba la capital y la derecha gobernando el país se convirtió en una realidad democrática.

 

Era el inicio de la transición y todo era una fiesta. Al fin, el reinado del PRI se acababa, y para siempre. El desafuero de López Obrador fue contraproducente, pues sembró la semilla del movimiento social más importante desde el zapatismo y que hoy gobierna en casi todo el país. Los acontecimientos de las elecciones del 2006, la humillación pública y mediática a toda una población, no hicieron sino darle fuerza a ese movimiento social, fuerza y determinación para enfrentar la adversidad, pero también resistencia. La polarización y el odio en aquellos años fue intensa y no faltó quién le expidiera a López Obrador su acta de defunción política, cuando fue declarado ya por ese naciente movimiento como “Presidente Legítimo”. Nadie, absolutamente nadie, hubiera creído entonces que el político tabasqueño se reharía a sí mismo, y construiría un movimiento social y un partido político nuevo que ganaría dos sexenios consecutivos la presidencia de la República y conquistaría casi todos los estados y congresos del país en una década. Nadie hubiera imaginado que sortearía los cercos mediáticos, que superaría un infarto y que llegaría a la presidencia doce años después con una votación inmensa. El grito “es un honor estar con Obrador” y “No estás solo” surgió en aquellos días negros del 2006 cuando era humillado pública y mediáticamente por periodistas y comunicadores, que nunca supieron que no solo lo humillaban a él, sino a una parte de la población que lo respaldaba y se consideraba igualmente humillada por ellos.

 

Las heridas de aquellos años no solo no sanaron, se convirtieron en gasolina para el fuego de la resistencia y por ello el presidente López Obrador, una vez llegado a la presidencia, planteó un cambio de régimen. La “cuarta transformación” necesitaba cambios profundos y radicales imposibles de realizarse en un sexenio. Su lógica era otra y nadie en la oposición pudo vislumbrarlo con claridad. Hoy, parece ya demasiado tarde para detener una transformación que la mayoría de los mexicanos decidió llevar a cabo al darle su apoyo mayoritario a Morena. Hace seis años tampoco se hubiera creído que López Obrador le dejaría la silla presidencial a una mujer que forma parte de su movimiento; que Morena y sus aliados arrasarían en las elecciones y que conseguirían las mayorías calificadas en el Congreso y la mayoría de las gubernaturas y congresos de los estados, es decir, quién hubiera imaginado que el presidente conseguiría una victoria como la que consiguió el 2 de junio, sin estar en la boleta, que lograría que la gente votara por su candidata y que conseguiría el 15 de septiembre firmar la reforma constitucional del Poder Judicial. Que el presidente terminara su presidencia con más poder del que empezó, no solo es anómalo, sino extraordinario y si nos lo hubieran contado, no lo hubiésemos creído. Así de inverosímil suena, pues, que en pocas horas el señor licenciado Andrés Manuel López Obrador vaya a desaparecer de la vida pública para retirarse a su finca en Palenque cuando su presencia ha sido tan determinante en la vida política del país en las últimas décadas. Es difícil de creer que, ahora sí, cumplirá el sueño de sus enemigos al desaparecer del panorama, pero, a decir verdad, los últimos años han pasado tantas cosas inverosímiles, que cualquier cosa es posible. Sobre todo, aquello que el político tabasqueño seguramente entrevió para sí mismo en alguna parte de ese viaje que duró casi veinte años, desde su hora más negra, cuando todos lo daban por muerto, salvo quienes, como César, extendieron su esperanza, junto con él, en lo imposible. Con especial afecto dedico esta entrega editorial al Licenciado César Yáñez Centeno, quizá el principal testigo, forjador, aliado y protagonista indiscutible de los inicios de un movimiento social que cambió el rumbo del país y, sobre todo, fiel escudero de un ser humano excepcional e irrepetible en la historia de México

 

Extracto de artículo publicado en SIN EMBARGO por María Rivera el 19/09/2024.

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