Por: Jorge Ánima

Después de la aplanadora que pasara por encima de la oposición el pasado 2 de junio, con el triunfo electoral del Poder Ejecutivo y Legislativo por parte de la 4T, ahora se tienen ciertos pataleos, pues el denominado “Plan C” es una realidad, incluso hay quienes denominan sobrerrepresentación a lo que está muy claro en la Constitución.

Se les olvida que ellos no pudieron convencer a la mayoría del electorado, ya que su discurso no fue bien recibido fuera del 30 por ciento de inclinación social que tienen los que no ve bien a la 4T, no pudieron realizar propuestas de acuerdo las necesidades sociales, no tuvieron credibilidad, ni un desdoblamiento efectivo en materia de comunicación, de territorio, ni de personajes.

Sus candidatos salieron de manera tardía al ruedo electoral, ya que en la mayoría de los casos la 4T ya estaba lista para contender con nombre y apellido mientras la casa de enfrente aún discutía quién sí y quién no.

No podemos dejar de lado los exitosos programas de Bienestar que son un sello emblemático de la 4T, lo son porque ellos los crearon, con justa razón se usaron de estandarte para avanzar en el denominado segundo piso de la 4T.

La gran imagen del presidente influye, de manera inusual Andrés Manuel López Obrador llegó al proceso electoral con apoyo ciudadano, por encima del 70 por ciento a nivel general muestra de aprobación hacia él y quién lo sucederá que es Claudia Sheinbaum.

La 4T se enfrentó a unos partidos con un desgaste inefable ante la percepción social, esto pueden ser varios factores, pero también estuvo frente a una candidata que no dio el ancho ante los ojos de los mexicanos y por un tercer lugar se tuvo por parte de los naranjas un candidato muy centrado en el sector juvenil.

Además de una narrativa de la comentocracia fifí, que sobrestimaban temas como la Marea Rosa, perdiendo objetividad y opinando más sobre deseos personales que aspectos reales.

En resumen, la oposición no tuvo un diagnóstico correcto de la realidad, no tuvo la organización necesaria, no supieron leer la realidad y ahora solamente patalean contra la voluntad popular y el mandato constitucional que ellos llaman sobre representación