Por: Emmanuel Salazar

Han pasado los días y la decisión presidencial de imponer a Claudia Sheinbaum ha quedado cada vez más firme, con una desbandada que nunca llegó y que deja fortalecido a Morena y su candidata a la presidencia de la República.

Marcelo Ebrard ha sido sumamente dubitativo en momentos en los que no había nada que hacer al interior de Morena, en donde hoy ya no tiene espacio y será arrojado por los seguidores de Sheinbaum, quienes perciben que no les afectó los lances de quien fue el secretario de Relaciones Exteriores.

Dudar o prolongar la toma de decisiones es peor que errar, pues los seguidores y el propio involucrado se frustran y quedan a deber tanto a ellos mismos como a quienes creyeron en un momento dado que podría ser un perfil que pudiera crecer lo suficiente como para amenazar la decisión presidencial de inclinarse por Sheinbaum.

Es de sobra conocido que Sheinbaum tiene como lastre su propia personalidad, la cual no le permite tener un mínimo de espontaneidad que le sobra a Xóchitl Gálvez, la cual nos hace recordar a un Vicente Fox, cuando era candidato.

Rosario Robles considera que tener solo dos candidatos le favorece a Andrés Manuel López Obrador porque en la polarización el tabasqueño sabe sacar raja, sin embargo, hoy en la elección de 2024 no estará el presidente en la boleta y su delfín tendrá que resolver el entuerto de lograr mantener la ventaja que tiene hoy en día en las encuestas.

En Durango, en noviembre del 2021, Morena tenía ventaja, sin embargo, en diciembre, al designarse a Marina Vitela como candidata, esa ventaja comenzó a evaporarse y luego quedó rezagada a grado tal que el hoy gobernador le sacó una gran ventaja en la votación.

No es remoto que eso pueda ocurrir a Sheinbaum, quien deberá ser más empática con el público so pena de sufrir lo que padeció Vitela, quien al no lograr conectar con los electores simplemente se diluyo y perdió.

Ese riesgo sin duda alguna lo observan en Palacio Nacional y por ello no es remoto que el presidente se meta de lleno en la elección, lo que puede desde el inicio enturbiar un proceso electoral que de emitir resultados cerrados será toda una odisea para las instituciones y el país poder resolver el entuerto.

López Obrador debe aceptar que en la elección puede perder y que debe efectivamente comportarse como un demócrata y aceptar los resultados, pero es mucho pedir para quien ha demostrado no aceptar la Ley.