Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Cuando pensamos en cómo debe ser un hombre de honor, por lo general imaginamos a un soldado heroico que lleva la bandera de su país a lo alto de una colina mientras las balas brincan cerca de sus pies, pero, en realidad, podríamos decir que el honor es la suma de características admirables y bienvenidas de una persona, que comienzan por la integridad, la rectitud y la honestidad, continuando en la templanza de tener palabra y cumplirla. Un ejemplo de un ser humano con estas características es el señor licenciado José Antonio Álvarez Lima.

Seguramente más de uno de los lectores se preguntarán por qué el que esto escribe resalta las probidades de un hombre como Álvarez Lima. La pregunta tiene muchas respuestas. Durante su periodo como gobernador, Tlaxcala fue reconocido como un estado con estabilidad social, seguro y mágico. Por estas características fue elegido para que el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, y el presidente de México, Ernesto Zedillo, junto con sus respectivas esposas, visitaran la entidad en la primera semana del mes de mayo de 1997. ¿Por qué Tlaxcala? Preguntaban reporteros nacionales e internacionales. Pues en parte por la estabilidad social y la seguridad, pero sobre todo por tener un anfitrión de lujo, culto, educado, jovial y muy bien visto por sus gobernados. Por cierto, durante la administración de José Antonio Álvarez también visitaron Tlaxcala los reyes de España. Tlaxcala es el único estado del país que no debe un solo peso, pero esto no es obra de la casualidad.

Siendo gobernador el licenciado José Antonio Álvarez Lima, este envió una iniciativa al Congreso del Estado en que se prohibía que tanto el Gobierno como los municipios contrajeran deuda pública, es decir, que anduvieran pidiendo prestado en los bancos y demás instituciones financieras tanto públicas como privadas. Algo difícil de creer sin duda, pero cierto. En una reciente mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador elogió al actual senador Álvarez Lima por haber propiciado y conseguido lo que bien pudiera considerarse como una hazaña.

Con todos estos magníficos antecedentes, el licenciado Álvarez Lima fue postulado en el 2018 al Senado de la República. A la edad de 75 años, el tlaxcalteca realizó una magnífica campaña en tierra solamente para saludar viejos amigos, conocer e interactuar con las nuevas generaciones y nuevamente ofrecerles a sus paisanos una representación digna y sobre todo productiva. Desde luego y tal como se tenía previsto, alcanzó una victoria abrumadora e inobjetable, pues sus coterráneos saben que el exgobernador es garantía de puras cosas buenas, es decir, confían en su trabajo y sobre todo en su palabra.

Recientemente, el partido Morena designó a sus candidatos a senadores en algunos estados, en cuyas listas aparece el señor licenciado José Antonio Álvarez Lima encabezando la fórmula por su querido estado. Ahora, con 81 años, pero con el vigor y el entusiasmo de siempre, Álvarez Lima repetirá como senador, pues, al igual que en el 2018, Tlaxcala contará con un representante de vasta experiencia legislativa, de aguda e inteligente filosofía política y con una extraordinaria capacidad para tomar decisiones acertadas en lo concerniente a todo lo que afecte los intereses públicos. Honrar el cargo que el pueblo confía significa ser un hombre honorable. Todos los políticos del mundo, tanto hombres como mujeres, son sujetos a observación por parte de las sociedades que representan, por lo que, pensando en ello, la prudencia, fortaleza y templanza del licenciado José Antonio Álvarez Lima le permiten obtener calificaciones altamente aprobatorias. Felicidades a Tlaxcala, al Senado de la República y a México entero, por segundo periodo consecutivo en la persona de José Antonio Álvarez Lima tendrán un representante distinguido.

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