PARA MENTIR Y COMER PESCADO, HAY QUE TENER CUIDADO
30/11/2024 - Hace 2 días en Durango EstadoPARA MENTIR Y COMER PESCADO, HAY QUE TENER CUIDADO
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
El título de este artículo obedece a un viejo dicho que se repetía frecuentemente en los años de mi niñez por parte de mi abuela y de otras señoras de la época. A veces es posible determinar si alguien está tratando de «que te tragues» una mentira. Hay algunos signos reveladores que se observan cuando alguien está mintiendo: A veces el tono de voz de los mentirosos se eleva a un punto más alto que lo normal, en el momento que dicen una mentira. Al inventar algo sobre la marcha, también terminan haciendo más pausas que lo acostumbrado, con el fin de hilvanar la mentira dando un paso a la vez. Si la persona repite frases como “Te lo juro”, “No estoy bromeando, eso realmente sucedió”, o “estoy siendo sincero contigo”, esas declaraciones son formas de hacer que la mentira parezca más creíble. Tenían mucha razón los que ese refrán decían, ya que comer pescado de prisa y sin el debido cuidado, puede ocasionar que una espina se le atragante al más despistado de los mortales, pero también aplica a lo relacionado con la política y a los que se dedican a ello, y es que lamentablemente la gran mayoría de los políticos disfrazados de gente decente se dedican a difundir información falsa que pocos salen a contradecir. En general, en política se miente, se interpreta, se acomoda y finalmente se logran resultados, que no siempre están en el camino de lo cierto y lo verdadero. Al final, nos quedamos con una verdad a medias que poco tiene que ver con la certeza. Hemos olvidado aquel dicho que repetían nuestros ancestros acerca que para hablar y comer pescado hay que tener mucho cuidado en referencia al riesgo de que traguemos sin darnos cuenta una espina que se nos quede incrustada en la garganta causándonos gran dolor e incomodidad. En política, este dicho popular lo hemos podido comprobar tantas veces en nuestro acontecer nacional. De lo que no cabe tampoco ninguna duda es que los medios formales de comunicación social han contribuido en forma eficaz a ayudarnos a descubrir mentiras ocultas que se han atragantado en la garganta de muchos que actualmente se encuentran entre la espada y la pared intentando justificarse y dar todo tipo de explicaciones, espoloneados por la incomodidad que significa haber sido puestos en evidencia. Más rápido se coge a un mentiroso que a un cojo, tal como les ha pasado a los estrategas de muchos políticos que han quedado como mentirosos, cogidos infraganti ante la evidencia de sus embustes al querer proyectar al jefe con una aceptación y posicionamiento que en estos momentos no tiene, publicando a través de los periódicos y redes sociales que tienen una valoración y confianza de en la mayoría de la población, algo que es falso de toda falsedad. Se promocionan de tal forma que pretenden hacernos creer que todos los mexicanos y los duranguenses somos una partida de imbéciles y tarados. Es bueno precisar que toda verdad siempre sale a flote, y la verdad es que no se puede creer en quienes viven de la mentira engañando al pueblo, ni en quienes pagan para vender una posición o valoración inexistente, peor aún, en quienes venden su pluma para difundirla, y mucho menos en aquellos que han alcanzado un poder comprado fruto del engaño a su gente. La mentira es una llave que abre muchas puertas, pero cuidado que más rápido se descubre a un mentiroso, que, a un ladrón, y en este lamentable hecho, los dos tienen cabida: los mentirosos y los ladrones. Sería bueno que releyeran a Mahatma Gandhi: “Más vale ser vencido diciendo la verdad que triunfar por la mentira”. El significado del dicho para hablar y comer pescado hay que tener mucho cuidado, es que antes de hablar de alguien se debe pensar lo que se dice, del mismo modo que cuando se come pescado, puesto que se puede herir con las espinas. El puerco nunca reconocerá que es puerco, el mentiroso nunca reconocerá que es mentiroso, aunque lo estén descubriendo en la mentira, pues se descubre más rápido a un mentiroso que a un ladrón. Por eso, para mentir y comer pescado hay que tener cuidado. “El Señor aborrece a los mentirosos, y ve con agrado a los que actúan con verdad” (Proverbios 12: 22).
Email: [email protected]