Por: Gilberto Jiménez Carrillo

La campaña electoral y el tercer debate presidencial siguen calando como lluvia fina en el sentir de la ciudadanía mexicana. Se nota por el subidón que ha experimentado en las encuestas el conocimiento que se tiene en la calle de quiénes son los candidatos, porque más del 50 por ciento sabe que el 2 de junio se abren las urnas y, sobre todo, porque dos terceras partes de la población ya tiene decidido qué voto depositará en ellas. Los últimos sondeos levantados después del tercer debate presidencial, no reportan grandes sorpresas sobre la aspirante morenista Claudia Sheinbaum, que cada vez más se visualiza como la vencedora; en cambio, el escenario para la candidata opositora, Xóchitl Gálvez, es que tendrá que pelear con uñas y dientes para no dejarse comer el mandado por Jorge Álvarez Máynez.

El candidato de Movimiento Ciudadano ha ido ganando puntos precisamente porque comenzó con más desventaja e inició la carrera electoral mucho más tarde, ante ese escenario solo le quedaba subir, lo cual ha conseguido escalón por escalón. Desdibujado en un inicio, a Máynez ya lo ubica la mitad de los electores y la buena opinión que tienen de él es exactamente la misma que obtiene Gálvez. Recientemente, él sube justo los tres puntos que ella baja en esta categoría, aunque no se puede hablar aquí de un cambio de votos, pues Máynez, por ahora, está recolectando simpatías entre los indecisos. La candidata panista es muy conocida en todo el país, pero no logra traducir eso en preferencias de voto. El aspirante de Movimiento Ciudadano alcanza ya el mismo nivel de simpatía entre la población que la líder de la alianza opositora.

En el horizonte de la coalición opositora se alza ahora otro obstáculo, el que supone el candidato Máynez, que ha arañado varios puntos desde febrero, situándose muy por encima en comparación de cuando comenzó en la opción de la ciudadanía, tanto en preferencia bruta, donde se incluye a los indecisos, como en la efectiva, quienes ya lo tienen claro. El partido naranja tiene menos votantes, pero parecen más firmes. Lo preocupante para la coalición opositora es que no logra traducir en votos el conocimiento de la candidata, que si bien es cierto la conocen los encuestados, sin embargo, el voto no despega en la misma medida.

Otro factor que influye en la preferencia de voto es la admiración o animadversión por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Las simpatías por el líder morenista tienen un claro reflejo en una candidata que se ha mantenido totalmente apegada a su figura y su política, lo cual se debe a que el grueso de la población cree que es mejor que siga gobernando Morena en este momento. Un alto porcentaje que dice aprobar la figura del presidente dará su voto a la sucesora. Una de las respuestas más determinantes en estas encuestas es el conocimiento que tiene la población del día en que están llamados a votar. Eso determinará la participación, que se podrá observar en adelante con mayor certeza, esto porque los que conocen el día de las elecciones son los que irán a votar con más probabilidad. Después del debate presidencial, la doctora Claudia Sheinbaum mantiene una sólida ventaja imposible de perder. Claudia Sheinbaum va sobrada de afinidades ciudadanas, si la medalla de oro parece clara, las de plata y bronce todavía se están jugando.