Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Según la Ley federal de responsabilidades de los servidores públicos, existe enriquecimiento ilícito cuando el servidor público no pudiera acreditar el legítimo aumento de su patrimonio o la legítima procedencia de los bienes a su nombre o de aquellos respecto de los cuales se conduzca como dueño. Igual y los durangueses estamos equivocados, pero, a saber, Otniel García Navarro no se ha sacado el premio del Tec de Monterrey, ni tampoco los pronósticos, el Me late o la lotería nacional. No tiene fama de abrir el negocio a las ocho de la mañana y cerrar dieciséis horas después, tampoco está emparentado con los Rockefeller o los Onassis; que se sepa tampoco es compadre de un jeque árabe. Entonces, si no se encontró un tesoro con mil centenarios ni trabaja como negro, ¿de dónde sacó el dinero para tener propiedades y negocios superiores a muchos millones de pesos si los sueldos, compensaciones y otros ingresos que ha recibido en su carrera como político ni de broma le alcanzan para ser millonario? Este bribón, que entre otras bribonadas a todo le decía que sí al exgobernador Aispuro Torres, fue denunciado por enriquecimiento ilícito, y contra todos los pronósticos, fue hallado culpable, a grado total de que se giró una orden de aprehensión en su contra para meterlo al bote.

Hace unos días, por la madrugada, la casa de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, así como el Palacio de Gobierno, fueron allanados por el Ministerio Publico como parte de una investigación de corrupción en curso sobre presunto enriquecimiento ilícito y la falta de declaración de propiedad de relojes Rolex de lujo. Por otro lado, la Contraloría comenzó un proceso de recopilación y evaluación de las declaraciones de ingresos, bienes y rentas de la presidenta. Muy sencillo, si sus ingresos son de una cantidad fija, al igual que sus ingresos y rentas, de dónde salió la lana para tener una colección de Rolex con un costo superior a sus ingresos. Alberto Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y recientemente Pedro Castillo han sido acusados, procesados y destituidos por enriquecimiento ilícito por quedarse con dinero que no les pertenecía. Si un diputadillo o dirigente de un partido político de alguna provincia del Perú lo hubieran agarrado con las manos en la masa como a Otniel García Navarro, le darían muchos años de cárcel y jamás de los jamases serio candidato ni a rey feo.

Otro dato que llama poderosamente la atención es que, por primera vez en Durango, alguien es juzgado por enriquecimiento ilícito, ojalá y este asunto llegue hasta las últimas consecuencias y el señor, de ser hallado culpable, pague con cárcel o devuelva el dinero del que no pueda demostrar su procedencia. Pero también que este asunto sirva para sentar un precedente y algunos pongan sus barbas a remojar, pues casos similares al del señor García Navarro no podemos contar con los dedos de la mano, pues nos faltarían más dedos. El caso del señor García Navarro es un ejemplo más de que seguimos siendo un pueblo traicionado, pues haciendo un recorrido por la historia reciente de México, nos daremos cuenta de muchos políticos que han hecho de este país una tierra abonada a la continua corrupción y al saqueo más inmoral. Residencias, viajes a Europa, vehículos de un millón de pesos, locales comerciales, inversiones y sociedades, negocios, se vuelven empresarios y todo ello con dinero que no se ganaron honradamente.

La lucha contra la corrupción no consiste en acabar con ella, sino de armarse de valor y combatirla decididamente. Por eso el reconocimiento de toda la sociedad de Durango a quienes han hecho posible creer en nuestras autoridades, que contra todos los pronósticos le siguieron las causas a una acusación en contra de un individuo  codicioso  que tiene fama de ruin, rastrero, sinvergüenza, miserable, bribón, pillo, bandido, granuja, vil, pícaro y hampón y que, además, tendrá que explicarle a la fiscalía de dónde sacó los costales de dinero que ingresaron a sus cuentas bancarias y no corresponden a los ingresos que recibía cuando dizque trabajaba.

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