Por: Francisco Márquez Razo
Yo
Una leyenda familiar nada grata me acompaña en la vida;
el día de mi nacimiento, una hermosa ave de color entre blanco
y rosa suave apareció estrangulada frente a la puerta de mi casa.
«¡Trágico suceso!», dijo la abuela
«¡Presagio fúnebre!», expreso la partera
«¡Magia negra!», grito mi madre
y, la culpa recayó en la desagradable vecina.
El tiempo pasó el tema se medio olvido,
pero, en voz baja se rumoraba cada fiesta
de cumpleaños, la extraña historia.
50 años se fueron, mi abuela agoniza
y, con la idea que se marche tranquila,
hoy, aparece la verdad;
Le dije, con voz fría sin remordimiento,
pero si, con malicia:
«Ni presagio, ni magia, ni nada, a la maldita
cigüeña, yo me la cargué».