Un día como hoy, 16 de abril pero del año 1903, nació Guadalupe Bracho Pérez Gavilán, mejor conocida como Andrea Palma, actriz mexicana, considerada «La Primera Diva de México» y del cine latinoamericano, luego de su exitoso papel en el filme «La mujer del puerto».
Andrea Palma, nombre artístico de Guadalupe Bracho Pérez Gavilán nace en la capital del estado de Durango, 16 de abril de 1903 y muere un 6 de octubre de 1987 a la edad de 84 años en la Ciudad de México. Fue hija de Luz Pérez Gavilán y de Julio Bracho y Zuloaga, quien era hacendado y además propietario de una industria textil. Mostró interés por la vida artística desde su infancia e incluso sus juegos infantiles, que compartió con su prima Dolores Asúnsolo, quien más tarde sería Dolores del Río, giraban en torno a espectáculos imaginarios.
En 1913, después de que perdió sus posesiones a causa de la Revolución Mexicana, Bracho decidió mudarse con su familia a la Ciudad de México, donde vivieron una época de muchas dificultades económicas. Guadalupe comenzó a interesarse en el teatro durante sus años de escuela y además le gustaba diseñar el vestuario de las representaciones escolares. Fue también por esta época donde vio por primera vez una película muda estadounidense, experiencia que la dejó deslumbrada.
Un poco más adelante, por invitación de su primo, el actor Ramón Novarro, pasó una temporada en Hollywood; regresaría a México unos meses después sin haber conocido ningún estudio de cine, ya que su padre, a quien le desagradaba su interés en el cine, se lo prohibió expresamente.
A su vuelta de Hollywood comenzó a trabajar en la tienda La Ciudad de Londres. A principios de los años 1920, se inició en el diseño de sombreros para apoyar la economía familiar, y estableció un negocio llamado “Casa Andrea”, de donde posteriormente tomaría su nombre artístico, añadiéndole el apellido de una de sus clientes, la elegante Sra. Palma. Se hace conocida en el mundo teatral, teniendo su primera oportunidad reemplazando a su amiga Isabela Corona cuando tuvo familia.
Cierra su negocio y se une a una compañía de teatro, viajando a EE.UU., donde permanece hasta los 1930s, ayudada por un joven y seductor Cecil Kellaway, haciendo pequeños roles en los filmes de su prima Dolores del Río y Ramón Novarro y como consultora de moda y de maquillaje de Marlene Dietrich, cuando la diva germana arriba a Hollywood.
Al final es convocada a México y se le ofrece la parte de Rosario, siendo la Dietrich la que le inspiró en crear su carácter. Rosario, lánguida, estilizada y delgadísima se movía en un ambiente de marineros borrachos y de prostitutas. La mujer del puerto (1934) fue un instantáneo suceso y Andrea Palma pasó a superestrella, prácticamente de la nada.
En los siguientes exitosos años, fue muy solicitada, su siguiente película fue completamente opuesta a Rosario, realizando un estupendo papel de la famosa poetisa del s. XVII: Sor Juana Inés de la Cruz; retorna a Hollywood y hace dos «filmes latinos», y cuatro años de gira teatral y en 1943 es dirigida por su hermano Julio Bracho en el clásico melodrama Distinto amanecer de 1943.
Hace de Julieta, esposa frustrada de día y fichera de noche, siendo considerado su mejor rol y filme en su extensa carrera. Después de otros filmes, incluyendo Tarzán con Johnny Weissmüller, siendo la madre de la actriz Tamaulipeca Linda Christian, Andrea va a España para desempeñar un papel y durante su tarea conoce al actor Enrique Díaz Indiano, quien sería su único esposo. Cuando Andrea retorna a México, pasa de gran dama a roles especializados de carácter. En los 1950s hizo dos clásicas producciones de «pecadoras» y trabaja con la actriz cubana Ninón Sevilla y es dirigida por Alberto Gout, haciendo dos personajes (dueña del cabaret y honorable dama de la mejor sociedad de Guadalajara) en Aventurera (1950) y una sufriente esposa en Sensualidad (1951); y trabaja con Luis Buñuel en Ensayo de un crimen (1955). Aunque siguió trabajando en películas mexicanas hasta los 70s, Andrea Palma se concentró en la televisión y en el teatro desde fines de los 1950s, incluyendo su aparición semanal como presentadora de la popular serie La novela semanal, basada en clásicos de la literatura, hasta su retiro en 1979 debido a dolencias. Su último rol fue con Diana Bracho en la serie Ángel Guerra (1979).
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