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Un día en la Historia de Durango… El padre de la patria olvidado

14/09/2019 - Hace 5 años en Durango

Un día en la Historia de Durango… El padre de la patria olvidado

Cultura | 14/09/2019 - Hace 5 años
Un día en la Historia de Durango… El padre de la patria olvidado
  • Es recordado el padre de la patria olvidado: Epigmenio González

Por: Pedro Núñez López

Epigmenio González Flores nació en Querétaro (México) en 1778. Sus padres fueron José María González y Rosalía Flores. Desde joven se dedicó al comercio y fue dueño de una bodega de abarrotes en la plaza de San Francisco de Querétaro. Se casó con Anastasia Juárez, con quien tuvo tres hijos y participó, junto con su hermano Emeterio González, en la Conspiración de Querétaro ocurrida poco antes del inicio de la guerra por la Independencia de México

Fue un comerciante activo de la ciudad de Querétaro y dueño de una tienda de abarrotes localizada en la plaza de San Francisco de dicha ciudad. Además, participó activamente en las tertulias literarias organizadas en la casa del corregidor Miguel Domínguez. En dichas reuniones se comenzó a trazar un plan de independencia cuyo objetivo primario era la creación de una Junta de Gobierno. Sus principales integrantes fueron: la esposa del corregidor Josefa OrtizMiguel Hidalgo y CostillaJuan AldamaIgnacio Aldama e Ignacio Allende.

Los hermanos González (Epigmenio y Emeterio) simpatizaron y cooperaron con la causa insurgente fabricando y almacenando cartuchos en su domicilio; sin embargo, el 9 de septiembre de 1810, fueron denunciados por Francisco Buera ante el cura Rafael de León. Como consecuencia, ambos fueron aprehendidos y trasladados a la Ciudad de México. Epigmenio, a pesar de su encierro, desde la cárcel sigue participando en la conspiración de Ferrer, en la misma ciudad de México, y al ser descubierto de nuevo, fue conminado a revelar los detalles de la conspiración pero guardó silencio y rechazó el indulto ofrecido. Ante su negativa fue conducido al puerto de Acapulco, a una prisión de alta seguridad en el Fuerte de San Diego y poco después fue desterrado a Manila.

En 1821, al consumarse la Independencia de México, permaneció en Filipinas, pues ese territorio todavía dependía de España. Fue en 1836, dos años después de firmarse el Tratado de México con España, cuando Epigmenio finalmente pudo regresar a su patria, estaba enfermo, renco y no tenía ni como regresar a México. Consiguió de las autoridades de Filipinas pasaje para España y allí, tras buscar por todos los medios, un comerciante se compadeció de él y le presto dinero.

Cabe destacar el poco reconocimiento a éste héroe, conspirador original de los inicios de la Independencia de México, al regresar a su patria en 1838 nadie lo recordaba.

En 1839, el entonces presidente Nicolás Bravo lo nombró vigilante de la Casa de Moneda de Guadalajara. Afortunadamente un periodista lo conoció y Epigmenio pudo contar su historia al periódico «La Revolución» en 1855. Falleció el 19 de julio de 1858, a los 80 años de edad. El 13 de septiembre de 1989 fueron trasladados sus supuestos restos al Panteón de los Queretanos Ilustres.

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