Un día en la historia de Durango, En Durango se agarra y golpea al alcoholismo parte IV y final.

Por: Pedro Núñez López.

Como ya habían proliferado infinidad de cantinas y bares en el centro de la ciudad, así como en la zona de tolerancia por la calle de Madero y algunas más al norte, esto derivó en un problema social por tantos hechos de sangre, así como el exceso de alcohol que se expendía en esos lugares.

Las autoridades tanto estatales como municipales deciden tomar cartas en el asunto para darle una solución, por lo que deciden actuar de forma drástica contra el alcoholismo.

La sentencia popular, consigna que febrero loco de 1972 y…….Los propietarios de cantinas ya ni agregaban lo que seguiría de marzo, porque en este segundo mes del año, se clausuraron 59 cantinas y también la «Zona Roja». Con ello, Alejandro Páez Urquidi, Gobernante Estatal y Maximiliano Silero Esparza, Presidente Municipal, daban un fuerte golpe al alcoholismo.

Arturo González Anguiano y Horacio Palencia Alonso, jefe de la Judicial e Inspector de Policía respectivamente, fueron los operadores de esta acción y colocaron sellos a las cantinas; aquí algunas de ellas: «Las Tres Américas», «La América», «El Cairo», «El Bohemio», «La India Bonita», «El Acapulco», «El Sonora», «Bar 201», «El Toreo», «El Parral» y otros muchos lugares en los que antes, a distancia, se escuchaba el entusiasmo de los parroquianos y que ahora con los sellos parecían velatorios.

Para marzo, los expendedores de cerveza, estimaban que habían dejado de vender 20 mil cartones y que medio millón de pesos no ingresarían a la economía local, obvio que este era un enfoque equivocado y lo contundente fue que los hechos de sangre bajaron considerablemente. Por otro lado, los dueños de las carnicerías aumentaron sus ventas y el cocido, la pulpa popular y la de primera que costaban en el mismo orden; nueve, quince y dieciocho, formaron parte de la dieta de muchas familias.

Después de esto solo quedaron algunas que alcanzaron a sobrevivir pues si bien había un hartazgo de la gente por tanto problema, también era un bien social pues generaba bastantes empleos y movimiento económico, por lo que permanecieron abiertas y otras se abrirían posteriormente para dar asilo a los parroquianos que necesitaban apaciguar sus demonios derivados del alcohol, algunas de ellas y aun a la fecha aún subsisten como centro de reunión entre amigos y dentro de las cuales la entrada a las mujeres solas era tabú dentro de sus reglas internas, sin embargo, poco a poco estas han logrado permanecer dentro de ese medio ambiente pues son parte de lo mismo, además contaban con el apoyo de los dueños y encargados pues les representaban mas clientela y eran atendidos por muy conocidos barman como el camote en el bar Belmont por mencionar alguno, el Yate por Constitución, así como el Bar Country Club por la misma calle, el bar Ozeda por 20 de Noviembre, que poco subsistió, La Chiquita por la calle de Madero al sur, Las Dos B por Coronado y Fénix, las Playas en la calle Matamoros, cambiándose luego frente a la plaza de las víboras donde aun reside, el bar 30-30 más adelante, el bar Peñafiel en Juárez y Pereyra, el bar Nacozari, El Cubano, El Corona, La Habana, El Alameda, el bar Durango, Bar el Guaymas y muchos más que escapan a mi memoria y conocimiento.

Bibliografía: Medio Siglo de Noticias en Durango 1939- 1979 de José Ramon Hernández Meraz, Libro como era mi ciudad de Rodolfo el Prieto López, entrevista a mis amigos Lic. Jorge Contreras casas, y Lic. José Antonio Molina Ravelo. Todo esto fue a sugerencia de Don Diablo. Imágenes obtenidas del grupo Durango Antiguo del Facebook.