• Un día en la Historia de Durango… Hurajan de Luna logra recuperar los derechos de agua para su pueblo

Por: Pedro Núñez López

El relato dice que Hurajan de Luna viajó hasta la capital de la Nueva España a reclamar los derechos de agua arrebatado a los indígenas por los españoles que  eran necesarios para regar unos solares, que fueron entregados por el virrey Luis de Velazco; en una carta que aún existe, se ordenaba el cultivo sus solares y la construcción de sus casas cuya condición era ser habitadas por estos que habitaban en la parte Oriental de la villa, separada en el pueblo de indios por una calle que se llama Guardarraya y que aún existe, que era frontera discriminatoria racial entre los hombres de la tez blanca con los indígenas confinados en la parte occidental y que poco a poco se estaban mezclando, no por el sentimiento sublime del amor, sino por la bestial conquista y dominación de la fuerza, robando no solo de la honra de las mujeres incluyendo las de las que estaban casadas, ellos los iberos, se apoderaron del agua con que regaban sus solares dejando en la miseria a los indígenas tepehuanos, tarascos mexicanos y zacatecos sin este vital líquido.

Un día, Hurajan de Luna ya en su desesperación por no poder entrevistarse con el Virrey, estuvo al pendiente de su salida, al verlo venir se lanzó a las patas de los caballos del carruaje del Virrey, que frenó y esté pregunto ¿qué sucedía?, por lo que uno de los guardias comentó: es solo un indígena. El Virrey solicitó le fuera llevado a su presencia para saber el motivo de su actuar, por fin Hurajan de Luna logró ser conducido frente al Virrey el cual le preguntó porque había hecho eso, a lo que Hurajan le contestó que estaba ahí y le comentó de los inconvenientes y penurias que sufría su gente debido a la escases del agua retirada por los españoles del lugar en el pueblo más antiguo del norte de la Nueva Vizcaya, conocido como la Villa de Nombre de Dios; también dijo que había un carta de fundación de Nombre de Dios otorgada por el Virrey Luis de Velazco, en donde ordenaba se otorgara de tierras para cultivos y vivienda, además de los derechos de agua a los indígenas de la Villa, solo que los hombres blancos Españoles se habían olvidado de cumplir la orden de Virrey arrebatándoles sus derechos y haciendo angustiosa la situación de este pueblo.

Posteriormente, el Virrey ordenó que se revisaran los archivos para ver si en verdad existía el mencionado documento real, mismo que se encontró y venía firmado por un antecesor del Virrey Don Luis de Velazco. Tras leer la orden real el Virrey, ordenó de inmediato que se restablecieran los derechos que en justicia le correspondían a los barbaros del norte, extendiendo el Virrey un documento que reconocía y otorgaba los derechos de agua de los manantiales de la finca de Juana Guerra para que regaran sus solares; no contento con eso, le obsequio para su gente un cuadro pintado al óleo dividido en secciones por su tamaño, llamado «De las animas», y que se le pusiera en el templo conocido como Dulces Nombres de Jesús, mismo que fue llevado por diligencias especiales hasta la Villa.

Al regresar  a Nombre de Dios, se encontró que su esposa había sido abusada por un español, este no hizo nada pero un día se vieron las caras frente a frente y Hurajan fue muerto por un golpe en la cabeza, ocasionándole una fractura; con el paso de los años se encontró un cráneo que había sido dañado con las mismas circunstancias y se cree que perteneció a Hurajan de Luna quedando bajo resguardo en el templo de Jesús la hermandad de los hermanos de Jesús.

Miguel Vallebueno Garcinava encontró en los archivos religiosos de una de las hermandades más antiguas de la Nueva Vizcaya el nombre de Juan de Luna, que se cree que corresponde al personaje de esta historia, la tradición oral se ha repetido infinidad de veces de generación en generación, esto solo reafirma en cierto modo de que el cráneo que se resguarda en el templo, es el de Hurajan de Luna.

Cuadro de animas «Templo de Jesús Nazareno», «Cofradía Dulces nombres de Jesús», 14 de enero de 1670, óleo sobre lino del siglo XVIII de 4.85/5.51 se desconoce el autor y el origen se basa en la leyenda de «Hurajan de luna».

Escenas de la pintura de abajo hacia arriba:

• Purgatorio
• Quince personajes de santos
• Ángeles y querubines
• Personajes de ancianos y virgen María y San José
• Personajes jóvenes alados
• Santísima Trinidad

Primera restauración preventiva, del 28 de noviembre al 8 de diciembre y la restauración de la imagen del 4 de agosto, al 25 de noviembre del 2008, a cargo de Begoña Aránzazu Muerza, de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO) de Guadalajara, Jalisco.

Fuente de información: María Patricia Cisneros Pérez, custodia del Museo Comunitario Contalpa.

Imagen tomada por Pedro Núñez López, dentro del Templo Jesús de Nazareno en Nombre de Dios, Durango.