En tiempos finales de la época colonial, la ciudad no era tan grande y comprendía de las calles de hoy Independencia y el barrio de Costa al Poniente, al Oriente la calle de Zarco, al Sur la Acequia grande además del Pueblo de Indios en Analco, Tierra Blanca y Cantarranas que la misma Acequia dividía de la ciudad, al Norte apenas alcanzaba a llegar a la hoy calle de Gómez Palacio y el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, con la hacienda de Morga cerca del templo, sin embargo ya existían varios callejones dentro de esta pequeña ciudad.
1.- El callejón de las Animas: Se ubicaba en donde se encuentra el centro comercial Soriana y a un lado poniente quedaba la cárcel pública que fuera destruida por los tulises y después por los franceses; al oriente era solo un solar hoy está ahí el Hotel Gobernador, ahí se encontró una capsula del tiempo cuando iniciaron la construcción de la penitenciaria en 1898.
2.- El callejón de las Huertas: Se ubicaba en la esquina de la hoy calle Carlos León de la Peña y Negrete, y se ubicaba entre las calles de Mayor (hoy 20 de Noviembre) y Negrete; cabe señalar que la calle de las huertas en el siglo XVIII comprendía desde Pino Suarez a 20 de Noviembre.
3.- El callejón de los escribanos: Se ubicaba en la hoy plancha de la Plaza de Armas y la calle sur de la Avenida 20 de noviembre, estos dos edificios eran conocidos como las casas consistoriales siendo en tiempos de la colonia la residencia del Gobernador en turno, en la parte poniente de la hoy plaza de armas por la calle de constitución y oficinas de gobierno en la parte oriente por la calle de Juárez; con el tiempo, el primero fue remozado por el arquitecto Alsaciano Stanislao Slonecki para edificar la presidencia municipal y el segundo fue remodelado terminando sus días en hotel conocido como Richeliu, donde la elite duranguense llevaba a cabo sus eventos sociales y familiares; cabe señalar que ambos edificios fueron demolidos por decreto gubernamental para ampliar la plaza de armas y la calle dándole una vista mejor a la catedral, al ocurrir esto anterior, desapareció el callejón de los escribanos y pasa a formar parte de la plaza de Armas como se encuentra al día de hoy.
4.- El callejón del Ángel: A mediados del siglo XIX se ubicaba este callejón entre las calles de hoy Negrete y 20 de Noviembre por la hoy calle de Pasteur, al ser segregado del complejo de San Francisco la huerta. Con el objetivo de edificar el mercado Gómez Palacio se decide crear la calle del mercado, hoy conocida como Luis Pasteur, y hace que desaparezca el citado callejón por lo que, para 1898 el cabildo otorga el mismo nombre a toda la calle hasta Leyva, hoy Felipe Pescador.
5.- El Callejón de “Sal si puedes”: Su nombre lo dice, era un callejón de los más terroríficos que existían, pues se ubicaba a espaldas del cuartel colorado y se ubicaba entre las hoy calles de Isauro Venzor, Pino Suarez y 5 de Febrero por la calle de Progreso; en los años cincuenta del siglo XX se decide abrir la calle de Progreso rumbo al norte hasta la calle de Negrete, pasando por la avenida 20 de Noviembre y quedando en el olvido el mencionado Callejón.
6.- El Callejón de la Media Luna: Este es otro de los callejones que aún persisten a pesar del tiempo y de las obras gubernamentales, su ubicación se localiza por la calle Mayor (20 de Noviembre), entre en las calles de San Francisco y del Ángel (Francisco I Madero y Luis Pasteur), en aquellos años semejaba una media luna el recoveco que se encuentra a un lado del Arzobispado y las oficinas de la Confederación Nacional Campesina, con el paso del tiempo le fueron haciendo adaptaciones hasta quedar en forma de escuadra como luce hoy en la actualidad.
7.- Los Callejones del Parían: Era el mercado a fines de la época Colonial y se tiene registros de que estos se encontraban en la manzana comprendida por las siguientes calles: Calle Real (5 de Febrero), Calle del Seminario (Constitución), Calle de San Juan de Dios (José María Pino Suarez) y la calle de las Barberías (Juárez).
Eran cuatro callejones que cruzaban la manzana en forma de cruz y cada una de las entradas o salidas tenía su nombre, y los productos que se ofrecían eran muy variados que eran desde granos, frutas y verduras de la cosecha de las huertas de la ciudad, forrajes, accesorios para el trabajo de la tierra, talleres de reparación de zapatos y de arreglos caseros entre otros. Se desconoce el porqué de los nombres salvo el de los Zapateros que su mismo nombre lo dice, con el paso del tiempo este mercado terminó desapareciendo y fueron vendidos por el municipio los espacios por la construcción del nuevo mercado Gómez Palacio, en las Huertas de lo que fuera el complejo de San Francisco.
a) El Callejón que salía rumbo al sur por la calle de San Juan de Dios (José María Pino Suarez) tenía el nombre de los Zapateros y a la fecha existe un arco por la mencionada calle que se puede ver a simple vista e identificar el acceso al callejón.
b) Por la calle de las Barberías (Juárez), se le llamaba el Callejón del Paraíso que salía con ese rumbo hacia el oriente.
c) El Callejón que conducía rumbo al norte a la calle Real (5 de Febrero), se le denominaba el De la Unión.
d) Por el poniente salía el Callejón de las Mariposas que salía a la calle del Seminario (Constitución). Cabe señalar que este callejón aún subsiste y cruza la calle en su totalidad de Constitución a Juárez conservando el nombre de las Mariposas.
Las imágenes muestran el callejón de los escribanos y fueron obtenidas en el grupo Durango Antiguo del Facebook; el texto se analizo y se obtuvo de los libros Durango colonial del Licenciado Gallegos, así como del libro Curiosidades Durangueñas y otros Menjurjes de Juan Ramón García Maquivar.