Los duranguenses llegan a tierras regias con el ánimo en alto tras una victoria clave como local ante Gavilanes por marcador de 3-1, sumando así 26 unidades. Sin embargo, saben que una derrota en Apodaca los dejaría fuera de la fiesta grande, lo que sería un golpe durísimo para una escuadra que hace apenas unos meses disputó las semifinales del torneo.

Durante la semana, el equipo se entregó con intensidad total en los entrenamientos. Sin descanso, sin distracciones, Obledo trabajó a fondo en corregir detalles, ajustar líneas y sobre todo, mentalizar a sus jugadores en la importancia del triunfo. En palabras del técnico: «Este equipo está hecho para competir, y vamos a pelear hasta el último minuto por lo que queremos».

La historia reciente juega a favor de los arácnidos. En cinco enfrentamientos ante Real Apodaca, Durango ha salido con la mano en alto en cuatro ocasiones y solo ha cedido un empate. Además, el formato actual de competencia le permite a Alacranes sumar hasta cuatro unidades en territorio regio, lo que le permitiría terminar como segundo de su grupo.

Con plantel completo y sin bajas, Obledo podrá echar mano de toda su artillería para encarar este duelo de vida o muerte. La misión está clara: ganar y avanzar. Durango va por todo.