Brenda Montelongo tiene 19 años, pero hace casi un mes fue privada de su libertad, en el Centro de Reinserción Social (Cereso) número 1 de Durango, acusada de intento de homicidio.
La acusación indica que la joven habría atacado con un cuchillo a su exnovio, cuando se encontraban en casa de ella. Sin embargo, la otra versión establece que actuó en defensa propia, ya que el joven trató de asfixiarla.
Cinthya Montelongo, hermana de Brenda, indicó que, «todo pasó el 16 de mayo de este año, su expareja Antony (…) ingresó a la casa de mi mamá brincándose la barda». En el interior el hombre, agredió a la joven, según relató la entrevistada le tapó la boca, la sometió y la llevó hasta su cuarto.
«La avienta a la cama y la empieza a ahorcar, mi hermana tenía al alcance un cuchillo porque minutos antes estaba partiendo una manzana (…) ella utiliza el cuchillo para defenderse, le encaja el cuchillo, le hace una herida de cinco centímetros de largo, no de profundidad», narró vía telefónica.
Esta es la versión de Brenda, ella se las compartió a Cinthya y a su mamá cuando tuvieron contacto.
La misma Brenda llamó al 911 para pedir una ambulancia, sin embargo, los primeros que llegaron fueron policías estatales, quienes la arrestaron.
«Mi hermana les comenta que ella se defendió porque la estaba agrediendo, ellos no le hacen caso se enfocan en el por qué él está herido, para ellos él es la victima porque está herido», comentó Cinthya.
Al día siguiente de la detención de Brenda, se difundió el hecho, pero solo se dijo que ella había herido al hombre, en casa de la mamá de la joven. Al poco tiempo, de Gómez Palacio, donde vive y donde ocurrió el hecho, fue trasladada al Cereso número 1 de Durango, ubicado en la capital. Había sido acusada de intento de homicidio, y de acuerdo con la versión de la familia, el exnovio de Brenda la denunció por este delito.
A pesar de los intentos fue imposible conocer la versión del joven, pero Cinthya, quien ha acudido a las dos audiencias realizadas hasta el momento, compartió que «está manejando que ella lo citó, luego terminaron y que ella accede satisfactoriamente, y ya después le dice que le dé un último beso y ella lo pasa a su recamara». Según éste relato, «cuando le estaba dando el beso, (Brenda) le encaja el cuchillo, pero él se da cuenta hasta que estaba sangrando».
No obstante, la entrevistada recalcó que, «es algo que inventaron», ya que la joven de 19 años terminó la relación antes debido a diferentes formas de violencia que sufrió durante seis meses de noviazgo, razón por la que él se habría enojado y nuevamente agredido a la joven, quien esta ocasión alcanzó un cuchillo para defenderse.
Ante la Ley pasó de ser víctima a victimaria. Pero la familia asegura que hay testigos de ese día de la agresión, quienes vieron cuando el exnovio se brincó a la casa, también hay testigos de que era violentada por él, aunque no existe una denuncia ante el Ministerio Público, ya que si una vez acudieron no se concretó porque Brenda no tenía lesiones visibles.
«Habíamos intentado poner una denuncia, pero como mi hermana no llevaba golpes el Ministerio Público no procedió», relató Cinthya.
En Gómez Palacio, ya se han realizado varias manifestaciones para pedir la liberación de Brenda, se han sumado colectivos de todo el país, y este lunes mujeres se plantaron en la plaza de Armas y cerraron las principales calles del centro de la ciudad para manifestar que «sobrevivir a un intento de feminicidio no es delito».
Julieta Hernández, presidenta de la asociación Sí Hay Mujeres en Durango, denunció que la joven privada de la libertad muestra como «a las mujeres nos juzgan más duramente, siempre hacen la noticia de que la mujer acuchilló a un hombre y hacen un escandalo, la vinculan y la llevan a proceso sin pensar qué llevó a esa mujer a realizar tal acción».
Selene Name, presidenta de la organización Nosotras, Nosotros, denunció que este caso muestra que las carpetas de investigación «no se integran con perspectiva de género», por lo que revictimizan a quienes actuaron porque estaba en riesgo su vida.
«Seguimos haciendo el llamado a las autoridades para que apliquen los protocolos con perspectiva de género, no puede ser que Brenda también aparezca como culpable, porque está defendiendo su vida», reclamó la activista.
La historia de Brenda no empezó ese 16 de mayo, porque durante seis meses sufrió violencia cuando el que la acusa de intento de homicidio, la agredía de diferentes maneras, denuncia la familia de la joven.
Cinthya recordó que «no permitía que saliera con sus amigos, la hostigaba y le corría a sus amigos (…) había golpes porque yo varias veces llegué a ver a mi hermana con moretones».
La madre de Brenda, Rosa Muñoz y su hermana Cinthya, piden justicia, que las autoridades actúen con perspectiva de género y que se investigue la antesala de la agresión, además han denunciado presuntas irregularidades en el proceso de investigación.
Cinthya, señaló que, «en las dos audiencias que llevamos no se tomó en cuenta la perspectiva de género», tampoco que «tenía golpes, porque tenía golpes en el estomago, en la cabeza, tenía las marcas en el cuello donde trató de estrangularla». Pero esta información fue omitida por el Ministerio Público, denunció.
El próximo miércoles, Brenda cumple un mes de privación de la libertad, realidad que comenzó un domingo 16 de mayo en su propia casa, la que ese día pasadas las seis de la tarde fue rodeada por ocho patrullas de la policía estatal, cuyos agentes la esposaron y trasladaron al antiguo Cereso de Gómez Palacio, una de las ciudades con más feminicidios en el país.